“Nunca
pude estudiar Derecho”…
El
jorobado de Notre Dame
Se distinguen cinco (5)
planos o niveles de creatividad que son tan útiles en Politing, como en “Prospectiva”:
Plano expresivo Es la forma más fundamental de la creatividad. Aquí
no cuentan todavía ni la originalidad ni otra habilidad específica, por ejemplo
los dibujos infantiles. Las características principales de este nivel son la
espontaneidad y la libertad. Al niño que se le impide expresarse libremente
jamás será capaz de desarrollar sus
habilidades creativas y por tanto difícilmente pasará a los siguientes niveles.
Plano productivo Aquel en el que, como consecuencia de la
satisfacción obtenida en el plano expresivo, se incorporan ciertas prácticas (informaciones,
técnicas, etcétera) para así poder expresarse mejor y lograr una mejor
comunicación. Es el plano del técnico. Generalmente dentro de la educación
formal e informal se espera que el niño sea productivo antes de ser expresivo,
se le proporciona información y técnicas que muy poco le sirven sin el
conocimiento y experimentación de sus habilidades personales, convirtiéndose
así en un productor de estereotipos.
Plano de relaciones
originales Es operativo y se
trabaja ya con algunos componentes los que se transforman en relaciones nuevas,
hasta ese momento, inusuales.
Plano renovador Incluye una comprensión profunda de los
principios fundamentales de la problemática en cuestión, ya sea en la cultura o
en las ciencias. Los productos de este plano creativo ya no se miden por la
realidad ni por el mundo experimental del individuo, sino por la posibilidad
que representan de ensanchar las fronteras del conocimiento en un área
determinada. Se cree que las cualidades creativas sin desarrollar no sólo
quedan estancadas, sin producir ningún efecto, sino que a la larga producen
erosión y resultan invariablemente perjudiciales. El potencial creativo que no
se realiza crea un gran odio hacia uno mismo y contribuye a causar un
sentimiento crónico de vacío y una autoidentificación vacilante. No hay ningún
área en la infancia que sea tan vulnerable a padecer daños y negligencia como
la creatividad y ninguna que, si ha de florecer, necesite más de ser sustentada
y reconocida. El proceso creativo ejercita el intelecto y las emociones a medida
que usa e integra todos los aspectos de nosotros mismos en las formas únicas y
creativas. Además, rompe la represión y ayuda a formular ideas y observaciones
que, independientemente de su originalidad, son nuevas para nosotros.
Plano supremo Lo alcanzan muy pocos. En él florecen la
generación de nuevos paradigmas y modelos que orientan en el futuro la
investigación filosófica y científica. Es también una reestructuración de
experiencias, ya que la idea nueva tiene raíces históricas. Pero las
capacidades para asumir experiencias, reorganizarlas, abstraer y sintetizar,
son tan altas y notables en este nivel que queda más allá de la comprensión de
los otros niveles descritos. Es deseable que todo individuo alcance los niveles
más altos de creatividad en bien de sí mismo y de la sociedad en que se
desenvuelve.
También existen
obstáculos a la creatividad y los principales son estos siete (7).
1. En la escuela el conformismo puede tomar la forma
de objetivos y actividades elegidas por el maestro, rutinas y exámenes departamentales
o certificaciones, o bien partir de un plan de estudios rígido.
2. Las actitudes y medios autoritarios, reprimen el
potencial creativo de los jóvenes. La educación por la autoridad dirige a los
alumnos a aprender lo que otros ya han descubierto, lo que otros creen, lo que
otros ya han organizado. La educación autoritaria da mucha importancia a que
los alumnos cumplan las órdenes, hagan lo que se les indica y resuelvan problemas
que tienen respuestas fijas y determinadas.
3. Las actitudes de ridiculizar y burlarse de ideas
distintas a las convencionales tienden a destruir el esfuerzo creativo.
4. Aquellos rasgos que propician la rigidez de la
personalidad inhiben las expresiones creativas. Estos rasgos pueden verse en
ciertos hábitos aprendidos inconscientemente, y que al expresarse irritan a los
otros.
5. Una excesiva preocupación por el éxito agota las
energías de los procesos creativos y las centraliza sobre los resultados, quizá
sobre algún símbolo de status, o sobre los resultados de valor únicamente
instrumental que puedan obtenerse.
6. La hostilidad contra una personalidad distinta -por
parte de los maestros o de los compañeros- puede originar un bloqueo cultural.
Todo acto creativo es único, idiosincrásico y novedoso.
7. La intolerancia a la actitud de “juego”, sofoca
la creatividad. Para innovar se necesita tener libertad de jugar con las ideas
y los materiales, estímulo para ocuparse de cosas irrelevantes y permiso para sumergirse
en la fantasía y simulaciones.
A pesar de
estos obstáculos, una candidata -con mucha creatividad- apoyaba la “liberación femenina”…siempre que fuera desde
la cárcel de mujeres…
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