“Orden dada no
supervisada… se la lleva la…” .Dicho mexicano
La Evaluación es una etapa del “Proceso Integral (Ciclo de Vida) de las
políticas públicas” que exige instrumentos e indicadores adecuados para
poder medir -en momentos precisos e indicados- los efectos, consecuencias,
frutos y resultados de la implementación. Así entendida, es una práctica de
argumentación basada en información pertinente, que permita opinar -de manera
acertada y con menos subjetividad- acerca de los efectos de las acciones
públicas.
Consecuentemente,
los resultados de la evaluación darán conclusiones sobre la efectiva o inútil
labor sobre todo el proceso de la política pública formulada, a pesar de que -por
lo general- las políticas públicas se llevan a cabo dentro de la teoría de
ensayo y error, lo que conlleva un riesgo muy grande cuando se hace con y para
una sociedad. De todas formas, debe servir como referencia para no cometer los
mismos errores, poder corregirlos y perfeccionar la idea de una política
pública ideal o mejor formulada.
Y es que para
evitar -al menos mejorar- el ensayo y error, se hace indispensable tener un
buen conocimiento de planificación como medio para reducir incertidumbres e
incoherencias y para ello es necesario: (1)
Conocimiento previo de la situación (concepción de los destinatarios y
validez en el contexto histórico) (2)
Estructuración de intereses (3) Características
de los destinatarios, de los entes de implementación y de toda una serie de
condiciones externas a la política particular (3) Responder cómo puede evolucionar el problema en el futuro y qué
tipo de previsiones es posible hacer (4)
Mecanismos de monitoreo y control permanente del proceso, para facilitar
ajustes rápidos y evitar así que la política se desvíe demasiado de los
objetivos (5) Costos de negociación
y de información (5) Criterios de
evaluación (6) Desarrollo y
perfeccionamiento de los instrumentos de recolección de datos de información (7) Estadística social y económica y
contabilidad nacional (8) Orientación
de los recursos y esfuerzos disponibles (9)
Cascada de planes globales/sectoriales/regionales/locales para la coherencia y
acción conjunta. Son algunos de los requisitos para llevar a cabo una política
pública ideal; el problema surge cuando esto sólo es retórica. Por eso,
la cooperación y formación de redes entre actores públicos y privados, la
transmisión del conocimiento y la importancia del territorio como base
estratégica del desarrollo, han adquirido importante significación y ya son
temas preponderantes en las agendas actuales de política pública, en la mayoría
de los países latinoamericanos.
De ahí la
importancia de las nuevas estrategias de “concertación social” basadas en
metodología claramente locales con “lectura del territorio”, donde se valorizan
las necesidades y soluciones emanadas desde los mismos actores (comunas y otros
actores públicos que operan a nivel local, cámaras empresariales, sindicatos,
banca, sectores privados, etc.), hasta el punto de que esta experiencia se
ha considerado ya, como una nueva forma de hacer política pública. Definitivamente,
lo que conviene a casa viene.
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