"Alaba al amigo en
público , pero…
Alrededor de lo “público/privado” existen cuatro (4) niveles de análisis, relacionados entre sí y que incumben al Politing,
así: el (1) Se refiere a la esfera
pública, versus esfera privada, en la que lo público equivale a lo estatal y lo
privado al mercado. Por eso, se habla de instituciones públicas -o de seguridad
publica- y de empresas privadas, o bien del interés público y de los intereses
privados. Hay entonces, instituciones que son organizaciones públicas
(secretarías/ministerios/oficinas: toda una gama de Organizaciones Estatales,
Paraestatales y Gubernamentales) en el orden nacional, estatal, regional y
municipal. Otras, se consideran del ámbito privado, porque su capital tiene
menos del 50 % de aportes gubernamentales (aquellos que provienen de nuestros
impuestos). El (2) Sitúa la esfera
pública -de manera un tanto paradójica- en la sociedad civil y no en el Estado.
Aquí, la esfera pública encuentra su fundamento en la capacidad de la sociedad
civil (irónicamente compuesta por individuos privados) quienes se organizan independientemente
del Estado. Así, el espacio público se caracteriza por ser un espacio de
comunicación y discusión crítica y racional. El (3) Utiliza el concepto de lo público con la idea de accesibilidad
y de universalidad. Así, se habla de espacio público o de educación pública y
es donde se encuentra la “información pública”, aquella de uso y consumo
general (para todos los ciudadanos), opuesta a la información reservada
(clasificada y secreta o “Privada”), para uso y consumo de un grupo,
institución o un gremio particular. En el (4)
Está lo que es público, en oposición a lo que permanece oculto o es secreto. Por
eso, se asegura que los políticos -al igual que artistas, figuras de farándula,
deportistas y/o líderes de opinión- tienen una vida “privada”,
diferente/distinta de aquella que ejercen o representan en “público”.
Hoy, las divisiones entre “público/privado” se
han desdibujando y una de las razones es por el caso del colombiano Marco
Fidel Suárez, cuya madre -doña Rosalía- lavó ropa ajena y amasó galletas
para levantar a su familia. Este antecedente lo aprovechó un detractor y en
pleno “Congreso de la República” le vociferó que no podía pertenecer a esa “Corporación de ilustres
hijos de la República”, porque su madre era una “mujer pública”. Éste escritor, político, Presidente de la
República, varias veces
ministro, miembro de la Academia
Colombiana de Historia y quien recibió diversas condecoraciones como la de Caballero de Primera Clase de manos del Papa
Benedicto XV, así respondió a esta vil
acusación: “Si
pública es la mujer que por puta es conocida/re-pública ha de ser una puta muy
corrompida./Siguiendo el silogismo de esta lógica absoluta,/todo aquel que se
reputa de la República ser hijo,/será como se dijo, un grandísimo hijo de puta”.
Por eso, hay
políticos que nunca quieren saber si son públicos o privados.
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