“Soy un cosmopolita que atraviesa fronteras
porque no le gustan” J. L. Borges
Una sana recomendación para asegurar el esquivo
éxito de los planes de desarrollo municipal, es encontrar un marco integrador, que
como gran sombrilla incluya (1) los insumos
(solicitudes, demandas y propuestas que se hagan, tanto de ciudadanos, como de
visitantes, funcionarios y directivos), (2) los procesos (desarrollados para
alcanzar los objetivos propuestos previamente traducidos en metas) y (3) los
resultados (positivos y negativos, con el debido orden y prioridad)…y estas
tres partes enmarcadas dentro de un contexto eminentemente dinámico. Ese marco
integrador lo ofrece el Citymarkting a la vez que permite combinar
las estrategias que se han implementado en materia de desarrollo social,
infraestructura y seguridad, las experiencias en materia de desarrollo, planes
municipales, proyectos de urbanismo y movilidad, así como aquellos programas
sociales que han funcionado para las zonas marginadas, al ser laboratorios
experimentales para averiguar qué funciona y lo que de plano no sirve o no es
viable con el fin de permitir copiar y aprender
de los mejores (Benchmarking).
El Citymarketing
es además, un buen marco integrador para compartir lenguajes, socializar metodologías
e intercambiar resultados con el fin de conocer las mejores prácticas. Además,
mediante el feedback (retroalimentación/información de retorno) se asegura que
las críticas, fallas y carencias se conozcan para poder ajustarlas y no repetir
los mismos errores. Y es que hoy, las ciudades afrontan
diariamente problemáticas, conflictos, retos y nuevos escenarios que requieren
respuestas y soluciones ejemplares y en un contexto como el actual, en el que
las ideas innovadoras y las actitudes emprendedoras son determinantes cuando se
trata de mejorar la calidad de vida en las ciudades, el Citymarketing -como
órgano impulsor del plan de reforma a través del cual se transforma la ciudad-
es un buen medio para saber, validar y socializar cómo se pueden combatir con
éxito las desigualdades sociales y la violencia, a través de planes de
infraestructuras, programas de educación de calidad y urbanismo social como
medios viables y efectivos para mejorar las infraestructuras y los tejidos
sociales de la ciudad.
El Citymarketing es también,
una punta de lanza para estructurar el debate sobre la transformación de las
ciudades desde la pluridisciplinariedad, es decir, desde el conocimiento que
permite entender el “hecho urbano” en todas sus dimensiones: como sistema para
vivir, como ordenación del espacio pero sobre todo, como cultura, teniendo en
cuenta las consecuencias sociales de los diversos episodios urbanos,
precisamente en estos momentos cuando la
City tiende a sustituir las formas tradicionales de cohesión social por un
mundo anónimo, complejo y de distanciamiento gradual entre los individuos que la
habitan. Así, con el Citymarketing se incorporan en los
procesos urbanos, los métodos cualitativos y comparativos utilizados en las
ciencias sociales y antropológicas para evitar lo del alcalde
(a quien todos conocemos) que no estudiaba ni planeaba, sólo improvisaba…pero
como se le olvidaba lo que había improvisado, le tocaba volver a improvisar
sobre lo que ya previamente había improvisado…
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