“En asuntos internacionales, la paz es un periodo
de trampas entre dos luchas”. Ambrose Bierce
de trampas entre dos luchas”. Ambrose Bierce
Dentro
de este nuevo contexto de competencia territorial en el cual estamos inmersos,
el posicionamiento ofrece las coordenadas que indican el lugar que se debe conquistar
y se convierte así, en la brújula para la búsqueda de la conexión emocional con
los habitantes, relación que es clave en el Citymarketing. Posicionar,
entonces, es el arte de diseñar la imagen de lo que ofrece la City en cuanto a ideas, servicios y/o productos,
de modo que ocupe una lugar distintivo en la mente del ciudadano objetivo. Por
eso, se necesita una estrategia de Citymarketing para influir en la
percepción de los receptores de la marca de una City, como organización viva, cambiante y variable que es.
Como
cualquier posición que haga referencia al lugar que ocupa la City en la mente de quienes conforman el
mercado objetivo, siempre se debe entender en relación con las otras ofertas competidoras,
pues la réplica de la competencia es un punto necesario de señalar, porque a
menudo es ignorada. De ahí que toda City
-con sus muchos y variados ofrecimientos- necesita un posicionamiento
distintivo, con el fin de encontrar una real “propuesta de valor” basada en los
beneficios que aporta a sus habitantes. Esta es la máxima que regula las
acciones de promoción de una City,
para alcanzar también, el prestigio y la proyección internacional. Así la marca
es el principal activo que puede construirse y desarrollarse para estos propósitos.
Por
eso, es que actualmente el punto de atención está en el posicionamiento de
marca entendido como el lugar deseado que la marca posea en la mente de los
habitantes, visitantes, ciudadanos: el real beneficio (ese “plus”) que debe verse,
cuando se piensa en esa marca, la cual debe ser especifica, relevante y audaz
en su planteamiento, siempre y cuando sirva y satisfaga las necesidades del
mercado objetivo. No basta con identificar valores y aspiraciones para que el
posicionamiento se produzca: sino que el espíritu de la marca requiere de
ambición, inspiración, competencia y diferenciación.
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