Introducción
“Algunos políticos se escandalizan por la sinceridad
de su asesor
pero pocos se escandalizan por sus engaños”. CSV
Es comúnmente aceptado que en América Latina
los estudios de “Políticas Públicas” y “Marketing Social”, sean temas tratados
en cursos de postgrado. Muy posiblemente, la necesidad de incursionar en ellos
con ciertas bases conceptuales y fundamentos prácticos, sea una buena
explicación. De todas formas, este hecho resalta la innegable importancia de
abordar estos asuntos desde la óptica de la “andragogía” ese rico campo
impulsado por la UNESCO en la Cuarta Conferencia Internacional sobre la
Educación de Adultos (París, 19-29 de marzo de
1985) y que básicamente
hace referencia a las marcadas, particulares y específicas diferencias entre
ésta y la pedagogía, entendida ésta, como la educación para niños.
Así mismo, el empoderamiento o
facultamiento (empowerment) de muchos
adultos que habitan esta pequeña “aldea global”, generados por procesos como la
Internet y la globalización, ha dado como resultado que en todos los campos,
sectores y ámbitos de la vida, los adultos sean hoy día, mentalmente más
abiertos a temas novedosos como los que aquí se van presentar y que deben ser
conocidos, acertadamente practicados y ordenadamente manejados por los bien
llamados emprendedores sociales (www.ashoka.org).
Basado en la rica experiencia
adquirida en los últimos años con la posibilidad de viajar por países de
América Latina presentando seminarios, cursos y talleres en estos temas,
realizando consultorías en estos campos y asesorando líderes en estos aspectos,
se confirma y afianza la esperanza en toda una generación dirigente de
emprendedores sociales, más acorde con los retos de este tercer milenio y que
respondan mejor a las necesidades de sus congéneres. Para ellos -que como
bienvenidos relevos y verdaderas locomotoras de las futuras generaciones, están
empujando fuerte- está dirigido este documento. Espero seguir contando con su
implacable crítica, sus agudas visiones, sus continuados análisis y sus siempre
pertinentes comentarios. Y es que muy a menudo desde la otra orilla, se ve
mejor el bosque, sin tener que dejar de observar los árboles.
Presentación
“Hay asesores de politing que llaman sabiduría a lo que saben,
e ignorancia a lo que los otros saben”. CSV
Uno de los grandes problemas de muchos quienes
militan en la actual clase política latinoamericana y de los partidos políticos
que los avalan, es que no han entendido el significado de las transformaciones
que han experimentado nuestras sociedades. Hoy tenemos una ciudadanía más
exigente e informada, que hace valer sus
derechos y ejerce sus libertades con o sin permiso. De ahí que si los políticos
no están dispuestos a recobrar la moralidad y como parte de ella, el
cumplimiento de sus promesas, entonces es importante que la ciudadanía
recapacite a la hora de decidir por quién quiere o va a votar, para que
posteriormente sepan cómo y a quienes les va a exigir el cumplimiento de sus
promesas de campaña, enmarcadas en políticas públicas, entendidas éstas, como
la forma en que el gobierno de turno, se comunica con todos nosotros los
ciudadanos de a pie.
Porque si aceptamos
junto con Otto Von Bismark que la
política es “el arte de hacer posible lo deseable”, entonces, el propósito de
ser político debe ser el de explorar con audacia, sin pausa pero sin prisa,
nuevos contextos y renovadores planteamientos, que sirvan como base a
originales ideas y certeras estrategias para solucionar con efectividad
(eficiencia y eficacia) algunos
de los innumerables, variados y urgentes problemas, que como demandas de la
sociedad actual deben ser satisfechas con toda premura y el desenfado posible.
Ese precisamente, es uno de los planteamientos que
dará marco a este capítulo del libro crítico sobre políticas públicas. De ahí,
lo que se pretende aquí, sea el hecho de incursionar en terrenos poco
explorados para averiguar cómo se ven otras disciplinas desde la óptica de las
políticas públicas y viceversa, es decir, cómo se ven estas últimas a la luz de
los supuestos, planteamientos y premisas de las primeras.
Para lograr lo anterior, se ha
propuesto estructurar este documento -eminentemente introductorio- en cinco
partes:
1. El Marketing Social: ¿Una moderna tecnología gerencial?
2. Las Políticas Públicas: ¿Así se comunica el Estado con la Sociedad?
3. Políticas Públicas y Marketing Social: ¿Hasta dónde se complementan?
4. El Marketing de Políticas Públicas: ¿Una propuesta útil para
gobernar?
5. A manera de Reflexión. ¿Comentarios finales o consejos pertinentes?
“Hay asesores de politing que tienen
agudizados
todos los sentidos,menos el sentido común”. CSV
Lo “militar”, decía
Clemenceau, corrompe todo lo que acompaña: la medicina militar ya no es
medicina, la justicia militar ya no es justicia, la música militar ya no es
música y la inteligencia militar… Agrega Lindon, que a ciertos moralistas la
palabra “Marketing” les produce un efecto análogo: corrompe todo lo que toca.
El término “Social” no corrompe, pero sí cambia y -equivocadamente- desmerece
el sustantivo que lo precede. Y es que frecuentemente se utiliza para referirse
a los menos favorecidos o aquellos que padecen deformaciones físicas, psíquicas
y hasta morales, hasta darle el nombre a fiestas y agasajos como eventos
sociales. Se opaca así, el hecho de que lo social tiene que ver con la
sociedad, donde estamos todos: tanto Usted como yo, apreciado lector.
La dificultad
aumenta al considerar conjuntamente la expresión “Marketing Social” y
entenderla como particular y distinta de sus conceptos generadores. Se
vislumbra entonces este hibrido, como paternalista o como malévolo y
manipulador artificio neoliberal, por decir lo menos, creencia que
-infortunadamente- tienen algunas personas. Indudablemente, son términos que
por su importancia y el contexto donde se han empleado, se prestan a malos
entendidos o a esconder actitudes incorrectas o inaceptadas por la sociedad.
Si en el próximo
pasado el marketing se utilizó solamente en el ámbito comercial, ahora es un
componente indispensable en cualquier estrategia de toda organización, aún en
aquellas sin fines de lucro. Es fácil observar que dependencias gubernamentales
e incluso iglesias han recurrido a él con incuestionable éxito. Además, bien
sea africano, europeo, asiático o americano (no sólo estadounidense) nadie que
comparta con nosotros esta andar temporal por el aquí y el ahora, puede
aseverar que ha logrado sustraerse a su impacto, influencia y consecuencias,
sean ellas positivas o negativas: nunca neutras.
Dejando de lado el
propósito de averiguar si lo social debe estar en el Marketing o el Marketing
debe estar en lo social, se presentarán a continuación las bases conceptuales
que han permitido investigar y validar -dentro de un marco general, sobre todo
ético y unificado- las diferentes teorías, las singulares prácticas y las
comunes sinergias del Marketing Social, con el fin de que se aproveche en
beneficio de la solución de algunos de los muchos problemas comunes que padecen
-desde tiempo atrás- los diferentes países de América Latina.
· 1.1.
Fundamentos y Evolución del concepto de marketing: ¿Los Alcances son también
Límites?
“El asesor que transmite paz y seguridad
hace mayor bien que el asesor instruido”. CSV
La estructuración del moderno concepto de Marketing se inicia en la
década de los 50s. Es, entonces, una
disciplina joven que desafortunadamente, en su rápida, continua y constante
evolución, se ha visto marcada por malos entendidos y no pocas tergiversaciones
sobre su amplio campo de acción y las posibilidades para lograr un alto
desempeño en campos diferentes al comercial, en áreas no relacionadas con la
compra/venta y en ámbitos alejados del concepto de negocio. Así, de una
concepción eminentemente comercial: “el lado del negocio que produce ingresos”
(McNair, 1951); “Determinar lo que el cliente desea, tomar las medidas para
lograrlo, distribuirlo y venderlo con ganancia” (Durham, 1960); “Conseguir los
bienes correctos, para la gente correcta, en los sitios correctos, en el tiempo
correcto y al precio correcto” (Glasser, 1965), evoluciona dentro de conceptos
mas amplios: “el establecimiento de actividades humanas orientadas a facilitar
y realizar intercambios” (Kotler, 1972) y cobija nuevos campos: “la entrega de
un nivel de vida” (Manssur, 1987); hasta considerársele como “la ciencia social
que se refiere a las transacciones del mercado” (Clark, 1990) o “el medio por
el cual los bienes materiales y la cultura se transmiten a sus miembros”
(Kelly, 90), pasando hasta por asegurar que “el
marketing considera el consumo como un proceso democrático en el cual los
consumidores tienen el derecho de seleccionar candidatos preferidos y elegirlos
contando con sus votos como dinero” (Baker, 1990).
Se plantea además que el Marketing es una fuerza
democratizadora, al tener en cuenta que sólo existen cuatro (4) maneras para
obtener algo que se desea: robar, pedir prestado, pedir o intercambiar. Así, el
hecho de utilizar el intercambio (dando algo para conseguir algo) se considera
como una de las formas éticas y eficientes para lograr lo que se desea. Otro
planteamiento en este campo, es que los “Mercados” se diferencian de las
“jerarquías” en la forma de conseguir eso que se desea. Los primeros implican
que la gente llegue voluntariamente a acuerdos, en los que ambas partes pueden
salir beneficiadas. Las jerarquías, por el contrario, consisten en que personas
de alto rango ordenen a personas de rango inferior que realicen ciertas
acciones. Consecuentemente, una forma de construir una economía sostenible y
autorreguladora es confiando en los mercados antes que en las jerarquías, sobre
todo porque las economías de mando y control NO HAN
FUNCIONADO, al menos en el
mediano y en el largo lazo
Es posible enmarcar la rápida, continuada y exitosa evolución del
concepto de Marketing, como consecuencia -entre otras muchas cosas- de tres
definiciones que han marcado un verdadero hito en su evolución. La
primera, asegura que es:
“La actividad
humana,
dirigida a
satisfacer necesidades, deseos y gustos
–en ese orden- por medio del intercambio”. (Kotler 68)
De esta primigenia definición se desprende que es una “activad humana”, en el sentido de
que solamente la realizan los seres humanos, lo cual, a su vez, implica que los
resultados que se obtengan, los fines últimos conseguidos y las acciones que
resulten con de su uso o las consecuencias que se obtengan por su
implementación -tanto positivas como negativas-, NO son alcanzadas por azar,
obtenidas por coincidencia, logradas por buena suerte o recibidas por bendición
o regalo del hado o destino. La racionalidad propia de la actividad humana
implica el uso de la posibilidad de un proceso de razonamiento conciente, de
una elección libre y de un proceder razonado para escoger entre alternativas
acerca de la decisión que se toma con el Marketing.
De acuerdo con esta misma definición, el marketing se encarga de la
satisfacción de las necesidades deseos y gustos…en ese orden, pues satisfacer
primero los deseos o los gustos antes que las necesidades de los ciudadanos,
conlleva a una perfecta y lamentable falta de ética.
Posteriormente, esta definición
también propone que sea de un grupo
específico, pues en Marketing es indispensable dilucidar -previamente- a cual o
cuáles grupos del mercado, se está -prioritariamente- dirigiendo la
acción.
Remata la definición asegurando que
es por medio del “intercambio” como se realiza la transacción. Y es que el
marketing se basa –siempre- en una relación de intercambio. No un intercambio
puntual, sino un proceso seguido, continuado y permanente y en donde es necesario averiguar, estructurar
y responder ¿que es lo que se
intercambia?: qué es lo que se ofrece y
qué lo que se recibe cada una de la partes.
Sin embargo, lamentablemente esta
definición se utilizó básicamente para el ámbito comercial, donde los
intercambios se concretan en productos tangibles por dinero. Posiblemente las
circunstancias relacionadas con la evolución económica lejos de la
responsabilidad social, así lo concretaron. Posteriormente -para bien y
regocijo de gran parte de la humanidad- el mismo Kotler, propuso la siguiente
definición de Marketing:
“Actividad
humana dirigida a fomentar, crear y mantener relaciones de
intercambio beneficiosas para las partes”. (Kotler, 72)
Continua con la propuesta de que es
una actividad humana, condición que permanece para indicar la necesidad de que
lo que se proponga mediante él, sea racional, previamente pensado y concientemente
elegido…no por casualidad…
Y ya con este permiso, se abarcaron
muchos campos de la actividad humana, pues las relaciones de intercambio se
presentan en muchas circunstancias de la vida, se generan entre muchas partes y
pueden corresponder a varias circunstancias.
Con esta definición, se avanza y
refuerza aún más, la incursión del Marketing a nuevos campos y terrenos y
dentro d ellos al ámbito social, haciendo que su eje central y propuesta
fundamental gire alrededor de las “relaciones de intercambio”, las cuales se
deben iniciar, desde antes de comenzar el proceso. Por eso, propone fomentarlas
con el fin de abonar el terreno para realizar exitosamente esos intercambios.
Por último –y no por ellos menos importante- exige que todas las partes
comprometidas en el proceso de Marketing, deben salir satisfechas. De lo
contrario, las estrategias, métodos, y resultados, no se pueden incluir como
pertenecientes a de este campo.
Si el Marketing en sus inicios fue una herramienta exclusiva del ámbito
comercial, actualmente cobija productos tangibles, e intangibles, enmarcados
dentro de aspectos sociales, políticos y electorales, hasta convertirse en una
herramienta gerencial efectiva cobijando el “Marketing de Ideas y Aspectos
sociales” y dentro de este, presentando una alternativa real para lograr un
efectivo “Cambio Social Voluntario” (CSV), hasta el punto de que Kotler (2004), no duda en proponerlo como
alternativa útil y efectiva para lograr los cambios en forma mucho mas rápida y
a menor costo al aseverar que “La educación como estrategia de cambio, es
demasiado lenta para producir cambios deseables de comportamiento”.
Indudablemente, estas posibilidades del Marketing, se han originado a partir de
una de las más recientes definiciones, al entenderlo como:
“Campo que
estudia la forma como las relaciones de intercambio son creadas, estimuladas,
facilitadas, valoradas, gestionadas (administradas) y gobernadas, dentro de un contexto
determinado. La esencia del marketing está en las “relaciones de intercambio”,
entendidas como las conexiones entre
personas, recursos y actividades
orientadas hacia la creación de lo que es valor para el mercado”. (Kotler,
Hunt, Fox y otros. 2003)
Adicionalmente, de esta definición
propuesta se desprende que “…la administración y el gobierno de relaciones de
intercambio…” es parte importante del campo del Marketing, lo cual permite
incluir todo lo relacionado con gerencia pública, gestión gubernamental, al
igual que la actividades políticas y electorales. Con base en esta definición, se ha estructurado toda una nueva filosofía del Marketing
-concretamente del llamado Marketing Social- que le ha permitido incursionar
-con inusitado éxito y comprobada efectividad- en campos, ámbitos y terrenos
hasta hace poco tiempo sencillamente impensados.
· 1.2
El Marketing Social: ¿Fue por casualidad su nacimiento?
“Los buenos consejos de los consultores de Politing,
funcionan mejor cuando están precedidos por
un buen susto”. CSV
Hay que iniciar el recorrido del Marketing Social en el año 68, cuando
el profesor Wiebe se preguntaba "Por qué no se puede vender fraternidad,
tal como se vende jabón? Realmente, pocos intelectuales y académicos
respondieron a su reto en esa época, a pesar de que el uso de medios de comunicación
para propósitos sociales ha existido por décadas, que las audiencias estaban
familiarizadas con los anuncios del servicio público y que las campañas que las
popularizaban eran frecuentes. Sin embargo, los expertos en Marketing
(comúnmente conocidos como mercadotecnistas o mercadologos) no consideraban a
las “causas sociales” en términos de esquemas generalmente aceptados como las
famosas cuatro Ps (4Ps: Producto, Precio,
Punto y Promoción), sino hasta finales de los setentas cuando como
Richar Manoff aplicaron la gama completa de técnicas de marketing a campañas
sociales concretamente a campañas de salubridad. La enaltecida conciencia
social de la época bien puede haber ayudado a probar el Marketing dentro del
área social, fomentando el hecho de que algunos promotores de cambios
aprendieran a usar el Marketing para hacer avanzar sus causas sociales.
En 1981 el profesor Philip Kotler y su colaborador Gerald Zaltman,
llamaron "Marketing Social" a la aplicación de practicas de Marketing
a propósitos Sociales y sin animo de lucro. Ellos lo describieron como "un
marco de trabajo promisorio para planear e implementar el cambio social".
El Marketing social intenta, entonces, persuadir -por varios medios- a una
audiencia especifica y concreta a que
adopte una idea, asuma una práctica o adquiera un producto, o los tres.
Entendida en esta forma, es una estrategia gerencial de cambio social que
convierte hallazgos científicos en programas de acción, combinando elementos de
métodos tradicionales con tecnologías modernas de comunicación y educación en
un marco de trabajo integrado y planeado.
El Marketing Social utiliza el mismo marco de trabajo del marketing
conocido como las cuatro 4Ps (Producto, Precio, Punto y Promoción) y adopta
además, varios de los métodos del marketing comercial, tales como el análisis y
la segmentación de la audiencia (del mercado), la investigación de consumo, la
conceptualización y el desarrollo del producto, el desarrollo y prueba del
mensaje, las comunicaciones dirigidas, los facilitadotes (como la andragogía) y
las teoría de intercambio, sin dejar de lado el uso de agentes pagados,
voluntarios e incentivos para las partes.
Con el análisis de audiencia se identifican los segmentos para poder
darles un trato específico. La investigación de consumo produce datos valiosos
respecto de los deseos y necesidades de segmentos concretos y provee la base
para el diseño de lo que se denominaba como “producto social”, además de ayudar
en el diseño del mensaje correspondiente. Para la distribución del “producto
social” y diseminación del mensaje, se escogen los canales apropiados que
lleguen a cada segmento específico y éste proceso se refuerza por medio de la
comunicación cara a cara y con los agentes voluntarios o pagados. Para motivar
la fuerza de ventas y estimular la demanda, se recurre a los incentivos con el
fin de iluminar mejor así, la interacción entre el precio y el beneficio
percibido.
Con el Marketing social -que
obviamente excede el ámbito comercial- se tiene una buena metodología para
detectar y satisfacer necesidades de consumo y uso de bienes y servicios, pero
adicionalmente, también es útil para detectar y satisfacer necesidades de tipo
social, humanistas y hasta espirituales. Por eso, su campo de acción no se
limita solamente al ámbito de las empresas, sino que se extiende a
organizaciones sin fines de lucro, fundaciones, entidades religiosas y también
a los gobiernos, administraciones públicas y al Estado. Para algunos autores
(Levitt, Kelley, Levy, Bartels) estos nuevos campos comprenden también las
acciones de tipo social y humanitario que realizan las empresas, para que el
público las asocie -tanto a ellas, como a sus marcas- con una preocupación por
lo social, lo humanitario y lo ecológico. Vale la pena observar -aunque no es
el tema que nos ocupa- algunas de las premisas del concepto de marketing social
referido a este campo de las organizaciones socialmente responsables:
· Los deseos de los consumidores son a
corto plazo y no siempre coinciden con los de la sociedad.
· Los consumidores cada vez están más
a favor de las organizaciones que muestran interés por determinar sus deseos,
sus intereses a largo plazo y los de la sociedad.
· La tarea de la organización es
conocer, atender mercados objetivos de tal manera que se produzca no solo la
satisfacción de deseos, sino de beneficios de largo plazo, individuales y
sociales como la clave para atraer y mantener clientes.
A su vez, este Marketing Social
tiene 4 consideraciones básicas en la toma de decisiones: Necesidades y deseos
de los consumidores, Intereses de los consumidores, Intereses de la
organización e Intereses de la sociedad. Con este sistema de Marketing social
se pretende:
· Maximizar el consumo: se maximizará
el consumo, la producción, el empleo y el bienestar social.
· Maximizar la satisfacción del
consumidor: se buscará primero una completa satisfacción del consumidor y
posteriormente una satisfacción del consumo.
· Maximizar las alternativas: se
produciría una gran cantidad de alternativas del producto, permitiendo a los
consumidores encontrar aquellos que satisfagan sus gustos e intereses
individuales.
· Maximizar la calidad de la vida: las
personas tratan de mejorar la calidad de sus vidas.
Sin embargo, el concepto de
Marketing Social al cual se referirá este documento, está enmarcado dentro de
lo que se conoce, estudia y trabaja como esas campañas sociales, que son
esfuerzos organizados conducidos por un grupo de expertos que pretenden
convencer a otros para que acepten, modifiquen o abandonen determinadas ideas,
cambien algunas actitudes, y modifiquen ciertas prácticas y/o conductas. A este
campo específica y concretamente, es al cual nos referiremos en las siguientes
secciones.
· 1.3 El Marketing Social: Nueva tecnología para el cambio
social voluntario
“Cuando un consultor de politing se queja de
otro,
realmente lo hace es de aquello que no le
gusta de él mismo”. CSV
Todos los países –sin excepción- padecen problemas sociales que tanto
los gobernantes como los mismos ciudadanos intentan solucionar. Estos
problemas, o mejor la solución de ellos, guarda estrecha relación con lo que se
denomina el cambio social. Y es que se trata de cambiar, bien sea el modo como
las personas o las mismas comunidades conducen sus vidas, o bien transformar
prácticas adversas o ineficientes en otras benéficas y productivas, o cambiar
actitudes o valores inmediatistas o egoístas en procedimientos colectivos y
perdurables.
Hoy día se observa una revolución de expectativas, un renacer de nuevos
ideales, un revivir de intereses, todos enmarcados dentro del concepto de
cambio. Hoy más que nunca, más personas y más grupos sociales están ansiosos,
expectantes y comprometidos por cambios sociales: en su forma o estilo de vida,
en sus sistemas sociales, políticos o económicos, en sus creencias, valores,
gustos, deseos,... Nuevas ideas y novedosas prácticas - estimuladas por las
comunicaciones masivas- están cuestionando y muchas veces transformando las
estructuras sociales. De ahí el reiterado interés del autor en los bien
llamados como emprendedores sociales
Definitivamente
en este inicio del siglo XXI, las sociedades están concientes y muchas ya
comprometidas en acelerar o intensificar el cambio social. Es fácil observar,
por ejemplo, cómo ideologías vigentes hasta hace solo algunos meses, hoy se han
ya transformado, muchos sistemas políticos están sufriendo cambios drásticos
por lo general en dirección hacia la democratización, lo mismo que varias
creencias, un sinnúmero de valores y muchas actitudes se han revaluando. Para
lograr este deseado cambio existen básicamente dos vías. La primera, muy
utilizada en el pasado, aún en el presente, pero ojala no en el futuro próximo,
corresponde a la vía de la fuerza y la violencia: mediante guerras y
revoluciones violentas. La segunda, es aquella pacífica, que se ha enmarcado dentro
de la filosofía del Cambio Social Voluntario - C.S.V. Estos C.S.V. pueden
presentar -a su vez- dos formas: aquellos que ocurren sin ninguna planeación
deliberada, casi espontáneamente y sin intervención racional alguna y los
cambios que son planeados, que son dirigidos, monitoreados y permanentemente
evaluados e implementados con estrategias bien definidas, con el fin de
alcanzar objetivos y metas previamente establecidas.
Precisamente,
la expresión Marketing Social para algunos autores (Kotler, Ricardo, Fox, Fine,
entre muchos otros) enmarca toda una novedosa tecnología dentro de éste último
enfoque. Trata, examina y analiza -el arte para algunos y la ciencia para
otros- la promoción y el logro -en
grupos específicos previamente elegidos- del cambio social en forma planeada,
conciente y exitosa.
Este
Cambio Social Voluntario - C.S.V.- racional, planeado y controlado, puede tener
origen en tres fuentes: en el gobierno con todo su establecimiento, en la
iniciativa de los ciudadanos quienes en forma individual o colectiva trabajan
para estos fines y por último, puede originarse en una acción combinada entre
los dos anteriores, es decir entre gobierno y ciudadanos. Cada una depende de
las peculiares circunstancias de modo, tiempo y lugar. Sin embargo, últimamente
se ha escogido la tercera categoría: el “CSV por concertación”, como la más
democrática. Y es que en las democracias, el cambio social se propone mediante
la acción concertada de gobernantes con el consenso de los gobernados. Se asume
que los líderes deben conseguir el consenso de sus seguidores con el fin de
lograr los cambios requeridos. Así mismo, con ésta fórmula a menudo se busca
también limitar el poder y alcance de los gobernantes.
La
tecnología del marketing social
entendida como un conjunto de conocimientos y procedimientos propios, puede ser
utilizada por cada una de las fuentes posibles de cambio: el gobierno, la
ciudadanía o por concertación. De ahí que en razón de la necesidad e
importancia de esta tecnología y por su mismo campo de acción, las disciplinas
todas y las ciencias sin distingos, deben ser concientes de su ineludible
obligación para aportar conocimientos, experiencia y adelantos que ayuden a su
perfeccionamiento. Y es que se hace indispensable canalizar esfuerzos y
conocimientos en favor de estas metodologías para los cambios sociales
planeados, voluntarios, no violentos como alternativa válida de transformación.
De ahí que las iniciativas, ideas y aún las mismas actitudes de todos los
estamentos de la sociedad en favor de esta causa, son en beneficio de la
comunidad, sin distingos de raza, religión, sexo o clase social.
Como
ya existen innumerables pruebas de Cambios Sociales Voluntarios que han sido
exitosos, se ha recurrido a la metodología de buscar y encontrar el cómo y el
por qué estas campañas han tenido éxito o por el contrario, se han
detectado las causas, condiciones y
características por las cuales han fracasado o no han cumplido su objetivo o
logrado su propósito. Y son precisamente aquellos interesados en el Marketing
Social quienes han logrado determinar, clasificar y estudiar las
características principales y las condiciones necesarias para diseñar e
implementar campañas de C.S.V. con altas probabilidades de éxito y buenas
posibilidades para que se realicen en forma económica. Precisamente, una de las
premisas de este Marketing Social, es que ya existe el conocimiento básico
sobre la tecnología apropiada para planear, dirigir y controlar cambios
sociales efectivos, en cualquier área de interés, bien sea a nivel local o
nacional o internacional.
De
acuerdo con lo anteriormente expuesto, las campañas de cambio social voluntario
han ofrecido ya su aporte y el Marketing por su parte, mediante el acervo de
experiencias estudiadas las ha codificado, clasificado y analizado con el fin
de encontrar metodologías para influenciar en forma efectiva, el cambio de
ideas, actitudes y prácticas. Las lecciones de estas experiencias exitosas
-tanto en países industrializados como en aquellos en vía de desarrollo- están
siendo utilizadas para promover los futuros cambios sociales tan solicitados y
urgidos en todos los países. Aún aquellos que se resisten a la idea de que el
cambio social voluntario se puede lograr a través de la intervención racional y
con propósitos previamente establecidos, pueden aprovechar este cúmulo de
experiencias en beneficio propio.
El
camino entonces, está ya preparado para la creación de nuevas tecnologías
sociales que conduzcan a cambios deseados, que al final de cuentas, contribuyan
a elevar la calidad de vida de los ciudadanos. Este es -sin duda alguna- uno de
los retos más grandes e importantes de nuestros días y el Marketing Social ya
lo ha aceptado.
·
1.4 Una breve y general
ojeada a la metodología del Marketing Social
“¿A que se debe que la mala memoria de algunos
políticos
sea tan buena para recordar las cosas que
querían olvidar
como candidatos?”. CSV
Como
este proceso es dinámico, los expertos en Marketing Social (algunas veces
llamados mercadotecnistas sociales) trabajan para lograr el cambio social en
grupos específicos previamente seleccionados. Estos grupos previamente elegidos
son los llamados adoptadores "blanco" o adoptadores "meta"
y son aquellas personas o grupos de individuos u organizaciones hacia las
cuales dirige toda la acción el Marketing Social. Pero los mercadotecnistas
sociales tienen siempre presente que todo programa diseñado para tal fin, está
sujeto a fuerzas cambiantes del entorno o medio ambiente, de tal manera que
delimitando y clasificando estas fuerzas se detectan tanto oportunidades como nuevas amenazas. Mediante este proceso, se
determina la forma como los programas de Marketing deben cambiar para que sus
estrategias permanezcan eficaces es decir, acordes con las necesidades del
mercado. Así mismo, conociendo -o más bien
prediciendo- los probables cambios que se producirán en el futuro cercano, se
encuentran algunas formas como los programas de Cambio Social Voluntario deben
cambiar para permanecer efectivos. Es decir se intenta averiguar y tomar la
ruta más indicada y la menos difícil para que estos programas de CSV busquen
siempre la efectividad: siendo eficientes y a la vez eficaces.
El
analista social necesita además, construir una estructura con el fin de
enmarcar el entorno (o medio ambiente) y entender así, cuáles fuerzas incluir y
cómo incluirlas para posteriormente leer y analizar los resultados. Este
ejercicio debe hacerse tanto para las fuerzas del medio ambiente actual como
para aquellas que probablemente conformen el medio ambiente futuro. Estas
fuerzas -que pueden clasificarse en seis categorías (Kotler, 72)- engloban y
clasifican todas aquellas otras que impacten, incidan y constriñan los
distintos programas de cambio social y corresponden a las fuerzas demográficas,
las económicas, las socio-culturales, las político-legales, las
físico-naturales y las tecnológicas. Para ello, es indispensable tener el
acceso a la información necesaria acerca del origen del cambio, las causas
subyacentes del mismo y aquellas fuerzas que lo refuerzan, debilitan, lo
promueven o lo obstaculizan.
Otro
de los aspectos cruciales en esta metodología, es tener presente que en el
centro de toda campaña de marketing social están los individuos, grupos o
poblaciones que se intentan concientizar y que son quienes asumen y realizan
los cambios que la campaña promueve. Para ello se recurre a los llamados
“adoptadores objetivo” que corresponden a grupos o personas específicas y
determinadas cuya aceptación y adopción
de un “producto social” cumplirán con los
objetivos y propósitos de la campaña. Bien sea que el llamado “producto
social” esté conformado por ideas prácticas o servicios (que apoyan o sustentan
la adopción del “producto social”), o si éste está representado por un objeto
tangible que sirva de instrumento para apoyar el nuevo comportamiento que
conlleva la adopción.
Para
que el proceso de Marketing Social tenga éxito, las ideas o las prácticas
sociales, es decir, los mal llamados “productos” que las campañas de Cambio
Social Voluntario buscan mercadear, requieren que -en la forma más exacta y
científica posible- se proceda a predecir -mediante técnicas serias de
futurología y conocimientos precisos de prospectiva- el comportamiento del
grupo o grupos de adoptantes objetivo. Esta predicción necesita, a su vez,
conocer el proceso que guía el comportamiento de éstos "grupos
objetivo". Una vez que éste comportamiento es estudiado, entendido y
comprendido, los expertos en Marketing Social pueden proceder a realizar la
tarea de segmentación y clasificación de éstos grupos.
·
1.5
Analizando cómo se difunden los productos sociales.
“Un buen asesor de politing, al igual que una buena
sopa,
se hace con la mezcla perfecta de los
ingredientes”. CSV
De
acuerdo con lo anterior, la finalidad de toda campaña de Cambio Social
Voluntario es la adopción de una idea o práctica por parte de todos los
miembros o al menos, del mayor número posible del grupo de adoptantes o
población objetivo. Por lo anterior es necesario conocer la forma como se
difunde una nueva idea social o práctica social, a partir de algunos individuos
aislados en toda una población o grupo objetivo de adoptantes, enfocando
primordialmente la atención en el comportamiento colectivo más que en el
individual. Por ejemplo, bien puede ser una serie de individuos adoptadores
objetivo o bien, los mismos mensajes recibidos de los medios masivos de
comunicación, pueden persuadir a otros a adoptar un comportamiento particular.
Lo ideal es que ambas acciones se puedan unir simultáneamente, con el fin de
obtener –en forma más rápida y de manera más económica- los resultados
deseados.
La
habilidad de los expertos en Marketing Social, para planear y monitorear la
difusión de adopciones al mayor número posible de miembros de la población de
"adoptantes objetivo", requiere un entendimiento tanto del comportamiento
individual como de los mecanismos por medio de los cuales las nuevas ideas o
prácticas se difunden en grupos cada vez mayores de la población de adoptantes
objetivo. Es necesario conocer, entre otras cosas, si la nueva idea o práctica
se difunde rápido entre muchos, solo entre algunos o únicamente entre pocos
miembros de estos grupos.
Otro
de los aspectos relevantes es ser conciente de que una bien fundada y seria
investigación, es la base del Marketing Social. Realmente, ella, es la que lo
diferencia de otras propuestas y anteriores esfuerzos para lograr cambios de
ideas, comportamientos y prácticas sociales. Solamente por medio de la
investigación y el entendimiento de las necesidades específicas, deseos,
creencias y actitudes del grupo de adoptadores objetivo y de las
características específicas de los “productos” sociales que están siendo
mercadeados, pueden los mercadotecnistas sociales llevar a cabo la ejecución exitosa de campañas de Cambio
Social Voluntario.
Obviamente,
en el diseño de un programa de Marketing Social la persona encargada debe tomar
decisiones que busquen influenciar el comportamiento de los adoptadores
objetivo. Estas decisiones se efectúan sobre la base de la lógica y de la
intuición, de la experiencia personal, de lo que se oye de otros o
científicamente de lo que los datos de las investigaciones sugieren. El diseño
de la fase de investigación y la recolección de la información representa
precisamente el enfoque científico y en esta era de información, precisamente
la información, es la que es la base y el fundamento del Marketing Social
Como
la filosofía del marketing hace referencia al cambio de dirección de una
actividad, al enfatizar que ésta se inicie desde, en y posteriormente para la
misma comunidad, es en la misma comunidad, en los ciudadanos, en ese
“constituyente primario” donde reside la información necesaria e indispensable
sin la cual no es lógico, ni científico, ni rentable (ni económica, ni
socialmente hablando) una investigación, acción, plan o estrategia de cualquier
índole. Allí, en la comunidad o en el lenguaje del Marketing Social: en el
mercado, es donde también está la respuesta a los problemas y los actores del
cambio deben volcarse hacia él, si quieren tener mayores probabilidades de
éxito en lo que se proponen. De ahí la importancia de conformar verdaderos
bancos de información, actualizadas fuentes estadísticas, serios y confiables
archivos cualitativos, prudentes y honestos registros cuantitativos, verdaderos abrevaderos
primarios de planes y proyectos -de cualquier naturaleza y en cualquier campo-
con el fin de lograr fines ciertos y propósitos concretos.
· 1.6.
La Moderna Concepción del Marketing Hoy: ¿Repensando el Marketing?
“Cuando un asesor de politing apunta a la perfección,
descubre pronto que es un blanco muy móvil”. CSV
Teniendo presente que es muy frecuente encontrar la existencia de
marcadas confusiones entre algunos conceptos relacionados y complementarios con
el Marketing, se ha hecho necesario delimitar -tanto su propio campo de acción,
como el de las otras áreas y disciplinas relacionadas- mediante un saludable
proceder ecléctico. De ahí que se ha hecho necesario repensar el campo del
Marketing -obviamente también el del Marketing social- con el fin de
enmarcarlo, acotarlo, acomodarlo y a la vez ampliarlo adecuarlo y extenderlo,
dentro de los parámetros descritos en los párrafos anteriores. Como resultado
de lo anterior, a su vez, se han también delimitado otras áreas, disciplinas o
campos del conocimiento. Miremos las más comunes.
1.6.1. Marketing
y Ventas: Son
procesos cada vez más distintos: El primero, se inicia mucho antes que
las ventas (con la investigación del mercado, diseño, conformación y
estructuración de la oferta…). Además, es fácil observar que el marketing termina
mucho después que las ventas (con los servicios posventa, con la
satisfacción continua del ciudadano, usuario, consumidor o receptor del
producto, servicio o idea concretada en realidad, hasta el punto de que hay
quienes aseveran que el proceso no termina).
Adicionalmente la venta es un intercambio puntual, en tanto que el
Marketing es un proceso continuo.
Las Ventas se realizan día a día y por lo tanto son tácticas, en tanto
que el Marketing es estratégico. Tampoco es difícil observar que las
ventas se concentran en un departamento, área, grupo o división, en tanto que
el marketing es función de toda la organización (privada, pública, religiosa,
política o electoral), sin distingo de tamaño, actividad económica o
constitución social. De ahí que teniendo en cuenta que el marketing
incuestionablemente va mas allá que las ventas, hoy
día no es suficiente plantear el hecho o posibilidad de “vender ideas”, sino
que es necesario proponer “mercadearlas”. Lo anterior, conlleva la inaplazable
tarea de buscar y encontrar un nuevo lenguaje para este novedoso campo.
1.6. 2. Marketing y Comunicación. Es útil el símil del
iceberg para mejor entender esta estrecha relación. Se puede entender ésta
última como la “punta del iceberg”, en tanto que el primero correspondería a su
base. Siguiendo este silogismo, es imposible concebir el primero sin la última,
por cuanto el Marketing se expresa y se pone de manifiesto sólo por
medio de la Comunicación. A su vez la comunicación -si quiere ser
efectiva- necesita del Marketing, pues este le brinda a ella, la
necesaria orientación enmarcada dentro de la efectividad (eficiencia y
eficacia), mediante propuestas propias del Marketing y de comprobada utilidad,
tales como la diferenciación, el posicionamiento, la segmentación, las Comunicaciones
de Marketing Integradas, la planeación
estratégica, el cierre de la brecha entre la formulación y la
implementación…y muchas otras más, propias de su campo. De acuerdo con lo
anterior, es válido el sabio consejo que si bien la comunicación es un proceso
muy importante, pero no por ello es lo primero, pero tampoco lo último.
1.6.3. Marketing y Publicidad: Esta última es tan sólo una
de las herramientas del primero y a pesar de su gran popularidad, existe un
consenso -ya casi generalizado- de que su uso ha sido excesivo debido a que
frecuentemente se pasa por alto su retorno sobre la inversión, es decir la
rentabilidad (económica y social) de esta herramienta: el hecho de comparar la
forma y los medios para alcanzar los propósitos, y el costo incurrido en la
publicidad para ello. Por eso, actualmente, se ha venido revaluando su
indiscriminado uso, hasta el punto de que frecuentemente se plantea que
definitivamente no es la mejor, ni la más efectiva (eficiente y eficaz)
herramienta para la comunicación del Marketing. Precisamente, ya se comenta (Al
y Laura Ries) acerca de cómo otras herramientas (concretamente las relaciones
públicas) son mucho más efectivas, dado que llegan más fácil y directamente al
objetivo y cumplen el propósito a mucho menor costo. Coloquialmente hablando, el publicista es quien diseña la cocina, pero el
especialista en marketing es quien define lo que se cocina, cómo y cuándo.
1.6.4. Dentro de la moderna
concepción del Marketing Social la Demanda,
equivale a la reunión o conjunto no solo de clientes,
compradores o usuarios, sino que engloba todos esos que forman parte de la otra
orilla, donde están los radioescuchas, televidentes, espectadores, electores, votantes, feligreses, derechohabientes,
franquiciados, pacientes, cuentahabientes, alumnos o ciudadanos...es decir
aquellos que generalmente se conocen como integrantes del MERCADO. De acuerdo con lo anterior, cobija también, el moderno concepto de
Administración Pública, al considerar a los ciudadanos como usuarios y clientes
que demandan bienes y servicios (Chias, 95).
1.6.5. Del
otro lado -y como complemento- la moderna concepción de Oferta, hace referencia al
productor, oferente, emisor, suministrador, abastecedor, a la entidad,
institución o persona que hace un ofrecimiento, que perfectamente puede ser una
organización estatal, oficial o pública así como el mismo Estado, el gobierno
de turno o una concreta administración Pública (local, municipal o regional)
que oferta u ofrece productos y servicios (bienes tangibles e intangibles) los
cuales se presentan en forma de propuestas e ideas. Es decir, estos son los “outputs”
o “outcomes”
del servicio público.
1.6.6. Adicionalmente, uno de
los aportes importantes del Marketing a los demás campos del conocimiento y
dentro de ellos obviamente al ámbito organizacional, administrativo, gerencial,
político y al electoral en donde se encuentra lo social, son las ya famosas
“Cuatro Ps” (4Ps) que como características variables de toda oferta u
ofrecimiento, pueden ser manejadas y operadas por el oferente u ofertante. Esas
cuatro variables son en su orden: la “Propuesta”
aquel ofrecimiento que se presenta ante la ciudadanía, el “Precio” eso que aporta el ciudadano por aceptarla (es decir, lo que
tiene que rechazar, dejar de percibir o dejar de lado por aceptarla), el “Punto”, o sea el lugar o sitio donde se
topó, conoció y se enteró de ese ofrecimiento, y por último, la “Promoción” que se refiere a los medios
que el oferente utilizó, los medios que el ofertante empleó, o los canales por
los cuales difundió ese ofrecimiento para presentarla ante la ciudadanía,
hacerla conocer, lograr que avance y en últimas mercadearla ante los
ciudadanos. Son estas cuatro herramientas las variables manejables por
excelencia, que se pueden libremente elegir, concientemente manejar y a
propósito seguir, para alcanzar y lograr el fin propuesto por el suministrador
u oferente. Estas, precisamente, son las únicas cuatro herramientas manejables
del Marketing que se utilizan para hacer
frente a los cambiantes entornos y las constantes variaciones del medio
ambiente.
1.6.7. Sin embargo, dentro de la moderna concepción del Marketing
actual, se recomienda iniciar el proceso de análisis por las cuatro Cs (4Cs),
antes de determinar y establecer estas cuatro Ps. Algo muy lógico si se acepta
que lo que propone el Marketing es que toda actividad se inicie a partir de los
gobernados, contribuyentes, receptores, ciudadanos, es decir, a partir del
mercado. Estas cuatro Cs corresponden a la visión de quien recibe las acciones
del proceso y son, en su orden: las “Características”
que el usuario observa, ve o imagina que tiene esa determinada oferta u
ofrecimiento. Los “Costos” que le
representan el hecho de aceptarla, dejarla, apoyarla o rechazarla. La “Conveniencia”, entendida como aquella
característica relacionada con el sitio o lugar donde le gustaría al ciudadano
toparla, conocerla, encontrarla o asumirla y por último, la “Comunicación” como ese proceso de doble
vía con el cual el ciudadano puede ofrecer su apoyo, demostrar su rechazo,
hacerse oír con respecto a cómo la ve, en que forma la observa, la siente y
hasta la padece de cuerdo con lo que el gobierno la presenta, la ofrece y la
promueve. Ya habiendo definido estas “4Cs”, queda entonces mucho más viable,
fácil y lógico, proceder a concretar las “4Ps”.
1.6.8. Otro de los conceptos aportados como parte importante de la
moderna estructuración y concepción del Marketing es el relacionado con las CMI: Comunicaciones de Marketing Integradas,
conformadas por seis (6)
herramientas: Publicidad, Publicidad no pagada, Promoción de la oferta,
Relaciones Públicas, Contactos Personalizados y Marketing Social Directo. Con
ellas, se puede observar todo el proceso desde la óptica de la demanda, por que
sólo mediante el hecho de concebir las Comunicaciones de Marketing en forma
Integrada, es como se logra dar una respuesta acerca de cuál de ellas es más
efectiva, permitiendo, además, analizar y examinar el proceso desde el punto de
vista del usuario, cliente, receptor, ciudadano. Así, la pregunta entonces, ya
no es si se debe comunicar o no, sino
qué es lo que realmente, se debe comunicar, cómo, a quiénes y con qué
frecuencia. Además, si aceptamos que gobernar es comunicar, toda organización política se ve obligada a cumplir su papel como
comunicador, pero fomentando el necesario diálogo interactivo entre ella y sus
clientes, haciendo énfasis, no solo en cómo llegar a los usuarios, sino cómo
pueden éstos llegar a ella.
1.6.9. Otro importante complemento
al proceso de comunicación -que aún hoy es muy válido- es que todos y cada uno
de los mensajes sigan la secuencia representada por el modelo AIDA (S),
es decir, deben primero Captar la Atención, posteriormente, mantener el Interés, luego, reforzar el Deseo
y después lograr la Acción. Por
último -como forma para continuar el ciclo y refuerzo de la filosofía propuesta
por el Marketing- se debe verificar si
se logró la Satisfacción.
Son estas sólo algunas de la muchas y variadas precisiones que surgen
cuando se repiensa la rica filosofía y la práctica metodología propuesta por el
Marketing, sobre todo en lo que tiene que ver con las demás áreas y los otros
campos del saber. Y es que a pesar de que todas las demás presentan
recomendaciones para alcanzar los objetivos que se proponen, es el Marketing el
que ofrece la vía que es más efectiva, como conjugación de la eficiencia y de
la eficacia. Ese precisamente, es uno de los importantes valores agregados, de
los “plus” que ofrece el Marketing a las demás disciplinas, áreas y campos del
conocimiento y por ende, también, al ámbito social, y es que -básicamente- el
Marketing es un camino, una vía, una alternativa a la efectividad: a pensar,
proceder, actual y repensar, con eficiencia y con eficacia.
1.7 Los inevitables límites de toda buena teoría: ¿se cumplen en
el Marketing social?
“Afortunadamente, el eco de todo buen asesor de
politing
siempre tiene la última palabra”. CSV
Indudablemente, existen limitaciones y riesgos en el
Marketing Social, propia de todo nuevo campo del saber, mismas que son
aplicables también a varias ciencias sociales. Estas limitaciones son de varios
tipos.
Las de carácter epistémico. Al respecto, podemos decir que
los fenómenos de intercambio político admiten diferentes lecturas e
interpretaciones, según su circunstancia temporal y espacial, por lo que no
existe una sola interpretación teórica, ni metodología única que nos ayude a
entender con precisión estos fenómenos. Sin embargo, es importante decir que
esto es propio de las ciencias sociales.
Ciertamente, en el campo del Marketing Social predomina
toda una serie de publicaciones prescriptivas, tipo manual, lo que ha limitado
su comprensión disciplinar, pero la relativa ausencia de trabajos teóricos y
metodológicos no significa, de ninguna manera, que esta disciplina sea huérfana
permanente de planteamientos serios y coherentes.
Tanto el Marketing social, como el electoral y el
Político implican, de una parte el conocimiento, estructuración y análisis de
las necesidades de los ciudadanos dentro del ámbito socio político y de la
otra, el desarrollo de planes, propuestas y programas que conduzcan a su
satisfacción. No se escatima, entonces
el deleznable intento de manipulación, únicamente contrarestado por una mayor y
mejor información de la ciudadanía y con el proceder ético todos los
comprometidos en el proceso.
El afán de satisfacer las necesidades y expectativas de los
ciudadanos (mercados electorales), puede llevarnos hacia esquemas populistas,
donde lo más importante es satisfacer esas necesidades a corto plazo, cuando a
largo plazo, puede ser contraproducente. Es decir, el marketing, descontrolado
sin ética ni valores morales, a la larga, puede llevar al populismo, lo cual bien puede representar una amenaza
para la sustentabilidad económica de la democracia.
Los
cuestionamientos del Marketing Social –sobre todo aquel asociado con
actividades Políticas- se inscriben dentro de las propias críticas a la
política a nivel mundial. Concretamente a nivel de América Latina, la actividad
política es poco valorada y -muchas veces- se entiende como sinónimo de
falsedad, deshonestidad y desprestigio. Esta concepción también “salpica”
-inevitablemente- el Marketing en sus
modalidades de Marketing Político, Electoral, Público, Gubernamental y de
Políticas Públicas- que han tomado ya
gran impulso y desarrollo en Latinoamérica. Sin embargo, es importante no
confundir la política con la politiquería: Son dos cosas bien distintas.
Es interesante observar que la mayoría de las
investigaciones, con frecuencia, se centran en medir cosas irrelevantes, entre
las que se incluyen las opiniones de la gente sobre la publicidad o sus
recuerdos, en lugar de valorar los nuevos adeptos, simpatizantes y seguidores que se derivan o se consiguen con ella. La publicidad Social
y Política relacionada con proyectos, programas y acciones gubernamentales
puede adolecer de este problema. De ahí la exigencia del Marketing en que se
proceda buscando siempre la efectividad aún y sobre todo en la eficiencia y
eficacia de la publicidad. Y es que sería muy conveniente que al menos una
parte de las ingentes cantidades de dinero que se invierten en ella, se
canalizara al desarrollo e implementación de metodologías de seguimiento,
evaluación y control, comúnmente utilizadas en el Marketing Social.
El Marketing social se considera actualmente como
una “tecnología gerencial”, que ofrece a la sociedad herramientas y
conocimientos útiles para el estudio y percepción del mercado social, para
el diseño de planes de campaña y de proyectos propagandísticos,
también como metodología para la manufactura de programas proselitistas y el
mejoramiento de la imagen de hombres de Estado,
políticos, líderes y en general,
de todos los actores sociales.
Dejando claro que las ideas no se imponen sino que se proponen, el
Marketing social, pregona, entonces, que para que una campaña social tenga
éxito, debe proporcionar mayor valor y satisfacción a sus seguidores, que
aquellos que le ofrecen o proporcionan las campañas competidoras. Pero ahí no
termina su labor, pues ya elegido el gobernante deben hacer algo más que
simplemente paliar las necesidades de los ciudadanos que lo eligieron, debe,
también, buscar y lograr una ventaja estratégica de su agenda de acción, con
respecto a todos los otros programas competidores y buscar una real
diferenciación como medio para alcanzar un posicionamiento apropiado en la
mente de todos los ciudadanos y no sólo de aquellos que votaron por él.
Por último, es necesario aclarar, que el marketing no es
una panacea, es un instrumento que sirve para organizar las campañas de
comunicación de ideas, programas sociales y acciones gubernamentales y dentro
de ellas las políticas públicas y los cursos de acción política, con el fin de
ser más efectivos en la consecución de propósitos sociales.
2.
Las Políticas Públicas:
La
forma como se comunica el Estado con la Sociedad
“Algunos asesores de politing saben cómo
decir las cosas,
pero pocos saben cuándo”. CSV
La mayor parte de lo hasta aquí presentado, se relaciona
-fundamentalmente- con la ampliación y estructuración del moderno concepto de
Marketing. Este, al igual que el campo de las políticas públicas, puede también
ser considerado y enmarcado dentro del enfoque sistémico (David Easton, 1999).
De acuerdo con lo anterior, es posible entender los resultados de
cualquier sistema político, como los outputs, es decir, las
respuestas que primero como simples
programas y luego como políticas públicas es necesario presentar u ofrecer,
como solución a algunos de los innumerables problemas sociales. Esta concepción
es bien importante cuando se entiende la gobernabilidad como la capacidad para
dar respuesta a los problemas sociales y a su vez es la base sobre la cual se
estructura la definición de políticas públicas como:
“Las sucesivas respuestas del Estado (o del Gobierno de turno) frente a situaciones consideradas socialmente como problemáticas (Salazar, 99).
Valga la pena aclarar que en esta definición que ofrece Salazar Vargas,
no propone que el Estado -o mejor, el gobierno de turno- dé respuesta o actúe
sólo en forma reactiva, con respecto a algo que falta, obstruye o que entorpece
la buena marcha de la sociedad, pues los aspectos de planeación (y dentro de
ellos los de anticipación, predicción y los de prospectiva) son inherentes a el
área administrativa, al campo gerencial y a la actividad gubernamental, sobre
todo, en lo que implica la necesaria anticipación a esos problemas.
Adicionalmente, tal y como acertadamente lo asegura Eduardo Aldana, en
la presentación de la segunda edición del libro sobre Políticas Públicas de
Salazar-Vargas (Salazar, 99): “…basta con recordar que los problemas son
construcciones mentales que elaboramos, cuando percibimos un quiebre en
nuestras expectativas, para apreciar el enorme espacio que se abre a la creatividad
y a los enfoques preactivos, en la conducción del Estado…”
Así, las Políticas Públicas pueden ser
entendidas como algo que se ofrece, como una oferta u ofrecimiento a los
ciudadanos y que entonces, los oferentes -como productores- promuevan bienes en
forma de productos tangibles, servicios englobados en intangibles, ideas,
planes y proyecto, algunos de los cuales pueden tomar la forma de políticas
públicas. Y se las ofrecen a un grupo o reunión de usuarios que pueden ser
entendidos como mercado de ciudadanos.
También el tipo de respuesta a la forma como el
Estado se comunica concretamente con respecto a la etapa de formulación
de una política pública cualquiera, puede ser conocido, analizado, cuantificado
y sopesado, de tal forma que esta información ordenada, clasificada y
debidamente analizada, puede ser importante y hasta crucial, para la posterior
etapa de implementación de esta política pública. Y es que es viable,
conocer las 3 posibles respuestas de los ciudadanos: Positivas, Negativas y la NO respuesta: considerada como la anomia. Adicionalmente con respecto a las
dos primeras (las respuestas positivas o
negativas) es posible desglosarlas aún más (Salazar, 99): La Colaboración: como un respuesta Positiva
Activa y la Aceptación: como una respuesta Positiva Pasiva. El Rechazo: como
una respuesta Negativa Activa
y la Indiferencia: como una
respuesta Negativa Pasiva.
Esta secuencia trasladada al ámbito de las
políticas públicas, corresponde, precisamente, a la retroalimentación,
realimentación o información de retorno (feedback), como uno de los insumos
necesarios para volver activo, dinámico, continuo y permanente el proceso y que
acertadamente, también lo propone el Marketing Social
Teniendo
presente que el Estado lo conformamos todos y por lo tanto, todos debemos tener
ingerencia en el gobierno, el hecho de que esta ingerencia no sea efectiva, definitivamente, algo -o mucho- de culpa tenemos nosotros mismos, los simples
ciudadanos. Y es que la solicitud y exigencia a nuestros gobernantes de
“políticas públicas de fomento a la participación ciudadana”, cimentadas,
estructuradas y promovidas, dentro de la óptica del Marketing Social, pueden
ser una verdadera solución en la búsqueda de una mayor ingerencia de la
ciudadanía en la decisiones gubernamentales. Y es que las respuestas pueden ser recolectadas,
cuantificadas y cualificadas para mejorar, (reforzar, impulsar) cambiar
(ajustar, redireccionar) una política pública en este sentido. Por eso, es necesario, entender la gobernabilidad no solo desde la oferta
gubernamental sino también desde la demanda, tomando en cuenta las necesidades
y exigencias de la sociedad, es decir, en ese lenguaje propuesto por el
Marketing, es necesario sintonizar la oferta política con el mercado electoral objetivo,
mediante un enfoque integral que permita modelar los problemas desde diferentes
ópticas: esa es precisamente, la propuesta que ofrece el Marketing social.
Definitivamente,
los electores han perdido gran parte de su interés por las ofertas políticas
porque estas no han podido o no han querido -y algunas ni siquiera lo han
intentado- entregar las promesas que han hecho al elector, votante, quien
padece o goza los resultados, consecuencias y/o beneficios de toda política
pública.
3.
Políticas Públicas y Marketing Social:
¿Hasta
dónde se complementan?
“Los verdaderos descubrimientos de un buen asesor de
politing
se hacen cuando no sigue instrucciones,
cuando se sale del camino indicado y cuando intenta lo que no se había
intentado”. CSV
Es
innegable que existe la necesidad de acortar la distancia y cerrar la tremenda
brecha entre las estrategias que diseñan los políticos y las preferencias de
los electores, votantes,…ciudadanos. Para ello, en primer lugar, se propone
cambiar la dirección del proceso, de tal forma que sea necesario desentenderse
un poco del extremo transmisor y concentrarse mucho más en el extremo receptor.
De acuerdo con lo anterior, lo importante no es que la gente común, el
ciudadano de a pie sepa de políticas públicas, lo fundamental y realmente
importante es que el especialista en políticas publicas sepa de gente…
También
el reto de tomar decisiones efectivas (más o menos eficientes, más o menos
eficaces) confronta permanentemente tanto al hacedor de políticas, igual que al
especialista en Marketing. Ahí radica el dinamismo de los dos procesos y es ahí
donde aumenta (o disminuye), se encuentra (o se pierde), la probabilidad de ser
más o menos exitoso, más o menos efectivo, de actuar en forma más eficiente o
no… y al proceder de tal manera les toca a los dos, caminar permanentemente en
un discernimiento por una opción fugaz, única y muchas veces irreversible. Mediante este mismo proceso, decisional, es posible la detección y
definición de estrategias, planes y acciones que no generan, ofrecen o agregan
valor para el ciudadano, con el fin de eliminarlas.
De otra parte, el Marketing Social, contiene un poderoso conjunto de conceptos
y herramientas que realmente ayudan a grupos de acción social a tener grandes
avances en la manera de abordar los problemas sociales. Así, los grupos de
acción social (y dentro de ellos los partidos políticos) pueden ser más
efectivos segmentando los mercados, diferenciando y posicionando sus propuestas
y entendiendo mejor la forma de pensar y de actuar, mediante el estudio del
comportamiento de los electores,
ciudadanos, votantes,
Así mismo, la filosofía del Marketing Social es
útil en la estructuración de la representación, la cual
presupone tres características básicas bajo las que se fomenta la ciudadanía
(Sartori, 1999): a) receptividad: los parlamentarios escuchan a su
electorado y ceden a sus demandas; b) rendición de cuentas: Los
representantes deben responder de sus actos y c) los electores pueden
destituir, en determinados, momentos los representantes. Por ejemplo,
mediante un castigo electoral. Cada una de estas tres características, o todas
en su conjunto, se pueden lograr -al menos buscar en forma ordenada y con
mayores probabilidades de éxito- dentro del amplio Marco que ofrece el Marketing
Social.
A pesar de que el Marketing es bien
diferente a la Publicidad como quedó claro en otra parte de este documento, aun
así hay funcionarios gubernamentales a quienes les encanta la publicidad, con
independencia de que funcione o no. Una cosa si es bien cierta: lo que se
invierte en publicidad se malgasta cuando se dedica a ofertas políticas no
suficientemente diferenciadas o sin una estrategia valida de posicionamiento
con respecto a las otras del mercado. De hecho, la forma más rápida de acabar
con una deficiente, insegura o no posicionada oferta política, es precisamente
publicitarla. El mercado electoral lo comprobará y lo difundirá con rapidez.
Tanto
el “Marketing” al igual que las “políticas públicas” son decisiones voluntarias
y deliberadas para diseñar unos procesos y realizar actividades con un fin
específico: transformar el orden social, de acuerdo con la definición que de
intervención social ofrece la Fundación Social. Así, ellos aparecen no como una simple opción para los partidos
políticos, sino una necesidad estratégica para su
sobrevivencia. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, este rico
campo concretamente, en lo que se ha venido llamando, definiendo y presentando
como Marketing Social puede ofrecer su real ayuda, su valiosa contribución y su
invaluable aporte, al campo de las políticas públicas, en dos (2) estadios
diferentes, pero obviamente, complementarios entre sí.
El primero, es el relacionado con el “Marketing de Ideas y
Aspectos Sociales” ya que la política pública es -en un comienzo, concretamente en sus etapas de creación,
formación y formulación- sólo eso: una simple y la mayoría de las veces, una
embrionaria, indefensa y solitaria idea, que el gobernante debe convertir en
realidad. Y no es por casualidad que esta obligación del gobernante sólo ahora
surja, se presente actualmente ante el electorado o aparezca en este siglo ante
la ciudadanía como por arte de magia, pues la misma definición de Maquiavelo de
la Política como “la búsqueda, conquista y mantenimiento del poder políticos” o
la de Otto conde de Von Bismark como “El arte de hacer posible lo deseable”,
sin dejar de lado la más reciente definición de política de David Easton como
“La asignación con autoridad de valores en la sociedad”: Todas las definiciones
de política, así se lo demandan, exigen y hasta se lo conminan a todos los
políticos, no sólo ahora, sino desde sus mismos orígenes, fuentes y
concepciones de lo que es la POLITICA, aquella con “P”
mayúscula.
El segundo campo en el cual puede el marketing social ofrecer
una real contribución a las políticas públicas, es como herramienta de
comprobada efectividad para el “Cambio Social Voluntario- CSV”. Se logra que
con él, que los ciudadanos estén más sensibilizados, sean menos prevenidos y
actúen en forma más propositiva, todo ello, recurriendo a menores recursos. En
otras palabras, se logra el Cambio Voluntario de la audiencia en forma efectiva:
lo cual representa a su vez, dos estadios diferentes: El primero, es que el
planteamiento sea eficaz, en el sentido de que los ciudadanos lo
comprendan, lo entiendan y por consiguiente lo acepten y se den fácilmente
cuenta , lo entiendan y lo adopten, en el sentido de que lo que se les presenta
es la solución adecuada a su necesidades, por cuanto está precisamente basada
en lo que realmente ellos necesitan, desean quieren. Adicionalmente, que sea
también eficiente, es decir, que se logre lo que previamente se ha
propuesto o intentado, pero comprometiendo los menores recursos posibles. Con
el Marketing Social, se logra que la ciudadanía acepte, apoye y hasta promueva
el cambio propuesto, con los menores recursos posibles, con menos esfuerzo y
con mucha mayor facilidad. Esos son precisamente, los ofrecimientos políticos
que como propuestas de políticas públicas presenta el gobierno de turno, a consideración de sus gobernados.
4. El Marketing de Políticas Públicas: ¿Una propuesta
útil para gobernar?
“Los asesores de politing están en este mundo para evitar que los candidatos pierdan el
tiempo buscando su rumbo”.CSV
El
Marketing de políticas públicas -que es el caso que ahora nos ocupa- entraría,
entonces, a formar parte del campo que cubre el Marketing Social. Y es que si bien es cierto que con el tiempo no se han aumentado las
necesidades, las formas de satisfacerlas sí se han multiplicado y
diversificado. Precisamente, a esas nuevas formas de satisfacer antiguas
necesidades corresponden las campañas que tienen que
ver con la promoción, difusión, comunicación y ahora con el Marketing Políticas
Públicas. De esas nuevas formas, vale la pena destacar tres, a saber: 1. La
conquista del territorio de la mente de los ciudadanos. 2. El uso efectivo de
las TIC tecnologías de información y comunicación, que están ya a disposición
para la promoción y difusión de políticas públicas y 3. La sociedad de mercado
que abrió también la política al juego de oferta y demanda, como aquel mercado
integrado por ciudadanos, quienes son los receptores de las consecuencias
positivas o negativas que toda política pública conlleva.
Con respecto al
primero, es conveniente iniciar resaltando el hecho de que anteriormente, sólo
se podía conquistar territorios por la fuerza. Sin embargo, a finales del siglo
pasado, con el “Posicionamiento” (Ries y Traut, 1992), se revoluciona la
comunicación publicitaria y el Marketing, al proponen conquistar el territorio
de la mente. Concretamente, el capítulo segundo, tercero y cuarto de este
libro, se presentan con los siguientes sugestivos títulos: “El asalto a la
mente”, “Penetración en la mente” y “Las escalas mentales”. Este documento es
una propuesta real y concreta, sobre la forma de conquista
territorios -ya no por la fuerza- sino por medio del posicionamiento, ayudado
en su empeño por la persuasión, el convencimiento, la segmentación la
diferenciación …todos ellos procesos inherentes a lo que se recomiendan para
lograr Cambios Sociales Voluntarios y los cuales se engloban a su vez -tal y
como se vio en las anteriores secciones- bajo la inmensa sombrilla que no hace
mucho tiempo abrió y nos compartió el Marketing Social.
En segundo lugar, también la tecnología
abrió las perspectivas a un mundo inimaginable de comunicaciones. Los medios de
comunicación masiva nos dan el don de la ubicuidad, podemos llegar a cualquier
público en cualquier rincón del planeta o de un país. Los medios, asimismo,
tienen un gran poder persuasivo y un atractivo característico que llega a toda
esa gente que tiene relación directa o indirecta con una política pública
determinada. Hoy día, las campañas para promocionar y comunicar ideas y
aspectos sociales, se caracterizan -y cada vez más se afianzarán esta
tendencia- por la presencia significativa de los medios de comunicación social
y por el imparable desarrollo de las TIC: Tecnologías de Información y
Comunicación. La utilización de estas TIC -sólo como uno de los privilegio de
recientes épocas- bien vale la pena trabajarlas y en forma coordinada
utilizarlas dentro del marco que propone el Marketing Social, con miras a
encontrar -conciente, organizada y planeada- vías reales y efectivas para la
hechura, coordinación y manejo de todo el proceso integral de políticas
públicas (Salazar-Vargas, 99).
En tercer lugar, la sociedad de mercado
con su economía abierta también abrió el mercado a la política. Es necesario reconocer
la existencia de “un mercado de ideas” en donde estas compiten entre si. En
esta arena, hay toda una lucha política donde gana aquél que tiene la mayor
capacidad para convencer y persuadir de que sus propuestas son las más viables
y adecuadas para satisfacer las necesidad de ciudadanía. Esas propuestas que
posteriormente se implementarán y pondrán en marcha en forma de políticas
públicas ya que esta es realmente la forma como el gobernante de turno se puede
comunicar con sus gobernados, que como jueces y supremos jefes se lo demandan.
Por ahora, estas
tres realidades son suficientes para permitir incursionar con confianza en el
Marketing de Políticas Públicas. Se pretende que esta propuesta sea una
verdadera oportunidad para hacer posible lo socialmente deseable. Ante todo, es
necesario aceptar que estamos en un periodo de transición que corresponde al
inicio de un nuevo siglo, en donde no ha desaparecido la vieja forma de hacer
política y la nueva, aún no se ha establecido por completo. De ahí que, el
actual proceder de la dirigencia política y de la burocracia de primera línea,
sea una rara mezcla de formas tradicionales y modernas. Es necesario, entonces,
que tanto los especialistas en políticas publicas, como los especialistas en
Marketing Social conversen, para que -poniendo en común sus diferencias- se
centren en trabajar en los muchos punto de contacto que ya tienen. Y es que en
esta época de cambio que indudablemente representa cambio de época, es
necesario que se adapten y afinen nuevas habilidades que permitan incursionar
con éxito a las nuevas formas de elaborar, trabajar y
ofrecer políticas públicas, como soluciones viables a algunos de los
innumerables y urgentes problemas de la sociedad actual.
Con planteamientos
como este del “Marketing de Políticas Públicas”, necesariamente, se cambian no
solamente las respuestas, sino que también cambian las preguntas y los
interrogantes sobre cómo hacerlo, es decir: cuáles y cómo son las estrategias,
cobran una nueva dimensión. Del mismo modo
como en medicina el “diagnostico” y el “tratamiento”, se han cambiado por la
“predicción” y por la “prevención”, así mismo, con estas herramientas la
competencia política se debe transforman, de tal modo que -poco a poco pero cada vez más- primen
los proyectos, más que los perfiles de los personajes que los impulsan o
promuevan.
Lo
anterior, tiende a que la actividad política se mida con los parámetros
establecidos por la ya famosa frase del profesor Pierre Muller (2006) de que
“cada vez mas, hacer política (en cuanto a politics)
es hacer políticas (en cuanto a policies),
intentando de paso “ciudadanizar” la política y
“democratizar” la misma democracia. No esperemos a lo que
lamentablemente decían los indígenas de bolivianos: “Como ni el presidente, ni
los Intendentes, ni los
parlamentarios... ninguno nunca, nos han
consultado, hemos
decidido consultarnos nosotros mismos”. Así, aspectos tales como la
construcción de nuevos paradigmas, las nuevas dimensiones de un Estado
democrático, la insurgencia de los ciudadanos en un nuevo orden diferente del
establecido, una mayor y mejor gobernabilidad, las estrategias para un control
por parte de los ciudadanos… y es que mediante la congruencia entre el
marketing social y las políticas públicas, se pueden detonar procesos
participativos que permitan diseñar instrumentos metodológicos para que
permitan alcanzar -o al menos buscar con mas efectividad- las diferentes
alternativas de solución.
Adicionalmente,
es necesario advertir, que cuando se habla del marketing social, el concepto
ético, es bien importante. Al ser
entendido como un instrumento, como una estrategia o medio, al servicio
del hombre, no tiene vida ni decisión propia. Al igual que un bisturí, el cual
puede ser usado por un cirujano para salvar una vida y hacer un bien, o por un
ladrón para dañar o robar a una persona, el instrumento en sí no es el
responsable de su uso. Como dice Roy Campos (2003), “asignarle la maldad al
instrumento sería como decir que un automóvil es "satánico" porque
puede atropellar a personas o que el teléfono es "grosero" porque por
él se puede ofender, no podemos asignar al instrumento la característica ni la
intención de quien lo usa”. Así lo pueden utilizar para formular e implementar
políticas publicas que pueden ser entendidas como buenas o malas depende del
criterio, creencia o formación de quien o quienes las promuevan, apoyen o
critiquen u obstaculicen…
La sola publicidad
política por sí misma, no ha sido capaz de llevar al triunfo a una o unas
propuesta(s) de políticas publicas, se han multiplicado ejemplos locales,
nacionales y extranjeros en los que las campañas publicitarias han sido
exitosas pero el gobernante ha perdido autoridad, imagen y posicionamiento. La
explicación, en mucho, se encuentra en la necesidad de manejar las campañas con
gran sensibilidad política, de ahí que paradójicamente
quien deba dar las líneas de comunicación de una campaña social cualquiera, sea
el estratega y no el comunicólogo. Este último lo que
tendrá que hacer será reflejar esas líneas en la concreción de diferentes
medios de comunicación que van desde el lema hasta los medios más complejos y
caros como los mismos electrónicos, con la suficiente racionalización de
recursos y de información que no sature pero que sí multiplique el efecto de los
mensajes. Por eso, de ninguna manera, el marketing puede sustituir el ejercicio
de la política, ni de los políticos profesionales ni de los politólogos: un
instrumento publicitario jamás podrá sustituir al enigmático arte de hacer
política. Más aún, la estrategia es un proceso sistemático y controlado que
permite diagnosticar, planear, elaborar y evaluar las diferentes etapas de una
campaña realcinada con el Marketing de Políticas Públicas. De ahí que la
estrategia política es un arma poderosa que permite conocer al adversario, a
los públicos, al contexto y, desde luego, puede proporcionar opciones sobre
cómo conquistar la victoria. Es al estratega político a quien le toca
Diferenciar y Posicionar a los candidatos, a los partidos y posteriormente
-después de elegidos- posicionar esa oferta política que como políticas
públicas el público, sus gobernados, las deben conocer, distinguir, apoyar,
aceptar y hasta defender.
Antes, las campañas
para el cambio social equivalían al disparo de un escopetazo con el que los
perdigones caían indistintamente, con las campañas modernas el tiro debe ser
exacto, milimétrico, dar en el blanco. Para ello, el estratega debe tener
elementos y conocimientos cada vez más complejos, cada vez más certeros
apoyados en talento e imaginación creativa para poder competir en el mercado
electoral y "mercadear" adecuadamente a su electorado las políticas
públicas por él propuestas y que ahora en su papel de gobernante, le
corresponde implementar y poner en marcha.
El trabajo no es
fácil, ya que no se trata de vender productos estáticos que no se mueven de un
anaquel, se trata de mercadear intangibles y tratar con situaciones tan
delicadas como la identidad, los símbolos, los ritos, las percepciones, las
creencias, la credibilidad, la verosimilitud, la legitimidad, entre otras. Por
eso, certeramente se asegura que el marketing social es
una ciencia social (Crosier, 98) en la medida que sistematiza conocimientos,
explica los patrones político-conductuales de los
ciudadanos, incorpora un proceso de racionalidad en la toma de decisiones,
reduce la incertidumbre en los procesos políticos, usa distintas metodologías
cuantitativas y cualitativas para sus estudios e indagaciones, acumula una
serie de saberes y conocimientos sociales, así como predice, con cierto rigor
científico, el comportamiento futuro de los ciudadanos constituidos como
“mercados” electorales o de ciudadanos. Concretamente, el Marketing Social en
lo que tiene que ver con las Políticas Públicas, se preocupa centralmente por
estudiar y entender los patrones político conductuales de los ciudadanos,
integrados como mercados políticos de ciudadanos, para, a partir de su
conocimiento, diseñar estrategias de comunicación y persuasión. Estudia,
también, los procesos de intercambio político voluntario que se dan entre los
ciudadanos y la clase política, así como los fenómenos relacionados con la
construcción de legitimidad, de mayorías electorales estables y de
afianzamiento de la gobernabilidad.
Después de analizar lo anterior, no
resulta difícil entender que lo que persiste en muchos críticos del Marketing
social -concretamente en el caso del Marketing de Políticas Públicas- es un
apego al pasado, una melancolía con las formas tradicionales de hacer política,
una nostalgia con los sistemas predemocráticos y una resistencia al cambio. Si
bien es cierto que el Marketing de Políticas Públicas no es la panacea, tampoco
se vale satanizarlo. Sólo resta decir que el
marketing de políticas públicas, es un
campo del saber aún joven en América Latina, sin intencionalidad propia (ni
malo ni bueno) que reclama de sus impulsores una serie de trabajos académicos,
tanto teóricos como metodológicos, para tratar de dar más y mejores
explicaciones al complejo proceso de intercambio político voluntario, propio de
una sociedad democrática.
4.1 Una
breve mirada al Marketing Político Integrado: Del Marketing al Politing: Más allá del marketing
“Si la política es el
arte de hacer posible lo deseable, Bismark
el politing es el arte
de hacer deseable lo posible”. CSV.
Quien se somete
al escrutinio electoral busca alternativas para conseguir votos. Unos los
compran o acarrean electores; otros eligen la vía legal y aquí se incluye el Marketing
Político. Aunque el término lesiona los oídos, no es otra cosa que la
conjugación de Mercadeo y Política; como algunos asimilan mercadeo a
compra/venta, se popularizó el anglicismo marketing para que los
distraídos no lo confundan con la “compra y venta de votos”.
Aplicando el
sabio principio de que a realidad nueva, concepto nuevo, se propone ahora el
vocablo POLITING (con acento en la “o” para más señas)
como calificativo de esta nueva realidad, pero concebida, tratada y trabajada
en forma integral, propia y particular. No se pretende tampoco, hacer apología a
los anglicismos, favoreciendo el sentimiento de los estadounidenses, cuyo
gentilicio en ingles, propongo denominarlo con el vocablo “usanians”
Simplemente es
aceptar, que si en el comercio el mercadeo
ha sido útil para conseguir compradores y generar demanda, el Politing
es una alternativa político-electoral efectiva, para encontrar adeptos,
conseguir electores y ganar votos.
Visto así el Politing,
no tiene nada que ver con fabricar presidentes o vender invendibles. Más aún,
el cuento del peinado del candidato, su sonrisa y demás arandelas, son simples
nimiedades al compararlas con el marketing de ideas, campo novedoso del Politing,
que fue la respuesta a la pregunta de que ¿por qué no se puede vender
fraternidad, como se vende un jabón?
Y es que quienes
se lanzan a la arena política, tienen que contar con una guía que les señale el
camino correcto y ese no es oficio ni función de herramientas como la
comunicación. Que la comunicación política es importante, es innegable; pero
considerarla aislada del marketing, es
un error grave.
Porque para que
la comunicación sea efectiva (eficiente: más votos con menos recursos y eficaz:
que las estrategias impacten), se requiere previamente, haber respondido a
interrogantes tales como el grupo electoral al cual va dirigido el mensaje; la
clase de electores que conforman éste segmento, sus necesidades y deseos; cómo
se comportan; cuál es el posicionamiento
del candidato; cuáles las variables para diferenciarlo, el valor agregado que
le ofrece al elector y otros, cuya respuesta es del Politing y esa su
ventaja comparativa frente a otras alternativas.
Es frecuente,
también, la confusión entre Politing y publicidad política; ésta es sólo
una de las 4P’s, que junto con el producto, el precio y la
plaza, muy bien manejan los mercadólogos. Por eso, ya no son suficientes
las opiniones aisladas de publicistas y creativos. Ellos traducen y plasman en
un anuncio (pancarta, foto o video) la
estrategia de Politing previamente acordada, fundamento y
dirección de toda campaña política.
Tampoco falta en
este campo el “embaucador”, que locuazmente predica utopías seudo científicas
que no respetan al candidato, agazapándose en la conocida frase de que una
imagen vale más que mil palabras.
Como filosofía,
el Politing pregona que toda
acción se inicie en el mercado: el candidato debe, entonces, auscultar la voz
de su electorado, esa voz del pueblo que como voz de Dios le indica la
dirección correcta, hasta el punto de que lo importante no es que la gente sepa
de política, sino que el político sepa de gente. Consecuentemente, el candidato
no puede pretender interrogarse a sí mismo, para saber lo que piensan sus
electores.
Obviamente la
validación del marketing en la política –aunque posible- no está exenta de
peculiaridades. De ahí que en otros países los equipos de Politing cercanos al candidato, están conformados por profesionales
que conjugan –en una misma persona y actividad- esta nueva realidad, cuyo
estudio ya existe en varios y serios centros de educación superior en América Latina.
Porque el hecho de reunir mercadólogos y politólogos, no asegura ni la
socialización del lenguaje, ni el tiempo necesario para el acople. Como en el
conocido desayuno, no es lo mismo el caso de la gallina que con su huevo sólo
se involucra, al del cerdo que con su jamón se compromete.
4.2
El antes y el después se conjugan en el
Marketing Político Integrado Politing.
“Experiencia es lo que consigue un candidato
cuando no sigue cuidadosamente
las instrucciones de su asesor de politing”. CSV
Una de las grandes diferencias entre
el “Marketing Político Tradicional” y el “Politing:
o Marketing Político Integrado” tiene que ver con el alcance que ofrece cada
uno de estas dos propuestas. De todas formas, ambas son alternativas útiles
para que las campañas electorales se realicen con mayor efectividad: lograr más
con menos recursos. De ahí que ningún asesor serio -en cualquiera de estas dos
áreas- pueda asegurar o prometer una victoria electoral. Sólo puede
comprometerse a aumentar las probabilidades reales y las posibilidades actuales
de alcanzarla.
Y es que el Marketing político
tradicional -tal y como se ha venido estudiando, trabajando y difundiendo hasta
ahora- tiene que ver única y concretamente con el periodo preelectoral, aquel
que cubre las elecciones y termina con la victoria o no del candidato que en él
se apoya, y hasta ahí llega. La propuesta del Politing va mucho más
allá, al involucrar ese importante periodo posterior a la elección, cuando el
candidato está ya en funciones gubernamentales.
De acuerdo con esto, el Politing
une y cubre tanto el Marketing Político, aquel que se realiza antes -“pre”- a
una elección, con el “post”, ese Marketing de Políticas Públicas que únicamente
se pude llevar a cabo cuando el candidato es ya gobernante.
Parece una simple cuestión de
tiempos y alcances. Sin embargo, la responsabilidad, el compromiso y las
intenciones que tiene un candidato con respecto a su accionar en el futuro,
condicionan y hasta transforma su comportamiento en el presente. Porque toda
visión de futuro, influencia y modela toda actuación en el presente.
Consecuentemente, el Politing
al concebirse, analizarse y trabajarse dentro del marco que ofrece la posterior
implementación de aquellas políticas públicas que el candidato prometió e incluyó
en su programa político, hace que la responsabilidad del candidato cambie, al
igual que sus compromisos y las estrategias que él difunde y promociona con el
Marketing político.
Por eso, en el Politing no basta con
salir elegido. Es necesario responder por lo que se prometió en la campaña y
esta condición debe quedar bien clara tanto para el candidato, como para los asesores en este campo. De ahí
que prometer en forma exagerada (situación tentadora y bien fácil cuando se es
candidato) es tan peligroso y dañino para el futuro de un político
profesional, como quedarse corto o no
hacer ofrecimientos.
Adicionalmente -y teniendo en cuenta
que para nadie es una novedad- el “Marketing Político Tradicional” padece de un
marcado desequilibrio entre el aporte de cada una de sus dos áreas
generatrices: el Marketing y la Política: Basta observar el gran peso que tiene
el primero, con respecto a la contribución
de la segunda. Un sano y esperanzador planteamiento del Politing,
es que la Política (obviamente, aquella que se escribe con “P” mayúscula) tenga
mayor representación y presencia y que con su importante bagaje contribuya más
a su novel estructuración. El sustento y fundamento de esta solicitud se
encuentra -precisamente- en la misma definición de “Política” y para
comprobarlo basta con recurrir a los enunciados que de ella ofrecen tres
importantes pensadores: Maquiavelo,
Bismark y David Easton.
Maquiavelo pregona que Política es
“la búsqueda conquista y mantenimiento del poder político”. Es fácil observar,
entonces, que el Politing tiene que ver no sólo con la búsqueda y conquista del
poder político, sino también con el mantenimiento y la forma como se realiza y
se concreta en hechos tangibles. Ese “hacer posible lo deseable”, que pregona
Bismark, implica que la Política sólo se concrete al convertir en hechos
tangibles las propuestas hechas en la campaña electoral. Easton, también
refuerza lo anterior, al entender la Política como “la asignación -con
autoridad- de valores en la sociedad”. Obviamente para poder asignar valores
con autoridad se requiere que el candidato esté ya electo, es decir esté
gobernando. Por eso, el Politing, tiene que abarcar -debido
a ese claro mandato contenido en y desde su misma definición- no sólo la época
“pre” sino también aquella “post” de las elecciones.
Lo anterior, tiene repercusiones
éticas, implicaciones metodológicas y razones sociales en los resultados a
largo plazo, al unirlos, coordinarlos y condicionarlos con el largo plazo,
comprometiendo así todas las acciones en el futuro, pues la visión de verse
como gobernante, condiciona lo que piensa, diga y haga el candidato logrando
que la responsabilidad en ambas etapas, se ajuste y complemente mutuamente. Con
ello se logra -entre otras cosas- evitar que se hagan promesas irreales o que
no se puedan cumplir, tales como 15 minutos para resolver conflictos, tasas de
crecimiento exorbitantes…, pan y circo para el pueblo, etc.
Así, a pesar de que el “Marketing
Político” y el “Marketing de Políticas públicas” son hasta ahora, áreas de
estudio diferentes y campos de análisis distintos, en el Politing encuentran y
comparten una benéfica continuidad y tienen su razón de ser como complemento
uno del otro. El hecho, entonces, de trabajarlos
juntos y en forma integrada, despacio y con buena letra, es un muy buen
consejo a favor de la democracia.
5. A manera de Reflexión. ¿Comentarios finales o
consejos pertinentes?
“Todo consejo de un asesor de Politing
debe siempre
consumirse
entre dos
gruesas rebanadas de duda”.
CSV
Los conocimientos que propone el marketing político, el
social y ahora el de políticas públicas,
son amplios y diversos, teniendo que ver, todos ellos, con el
comportamiento social y político de los individuos, los procesos de
comunicación política y de construcción de imagen pública, así como el estudio
de las campañas electorales y los patrones que permiten construir legitimidad y
lealtad política por parte de los ciudadanos. El marketing de políticas
públicas permite explicar, además, la causalidad de los fenómenos de
intercambio político y de renovación de la representación pública en tiempos
electorales, ayudando también a conocer los factores que inciden en el proceso
de cambio político.
Así como “la lucha electoral comienza la mañana
siguiente a la noche de las elecciones”, también el trabajo por la
implementación por parte del gobierno, de aquello programas propuestos en su
previa campaña política, deben empezar antes de la victoria electoral… al igual
que las acciones encaminadas a lograr la comunicación de esas políticas y su
aceptación por parte de la ciudadanía
Otra herramienta de estos recientes años, tiene que ver con
el murmullo agregado: Ningún anuncio o vendedor puede convencer sobre las
virtudes de un producto/servicio/bien/idea/política pública… tan
persuasivamente como un amigo, conocido, anterior cliente o experto
independiente. Por eso, M. Cafferky asevera que la palabra que va de boca en
boca es el método de “baja tecnología” que tiene el cerebro para revisar toda
la campana publicitaria de “alta tecnología” que viene del mercado. De ahí que
muchas organizaciones buscan los early
adopters (individuos que gustan adquirir los nuevos
productos/servicios/ideas/bienes/políticas públicas…) para que hagan el resto
del trabajo como vendedores sin sueldo
De ahí que la “Persuasión” sea un componente importante del
marketing social. Además, es un rasgo esencial e indispensable de la democracia
porque es la única manera de buscar el apoyo para una oferta (opción) política
sin hacer uso de la fuerza. Si un ciudadano elije actuar siguiendo las
recomendaciones de los mensajes persuasivos, es porque los acepta
individualmente o internaliza la posición definida (Smith, 2002). Toda champaña
de promoción, difusión y divulgación de políticas públicas, son rituales de
persuasión entre los gobernantes y el electorado. A medida que el porcentaje de
ciudadanos independientes o indecisos aumenta, la profesionalización de los
persuasores de la política se consolida. La Persuasión es una empresa prospera
en naciones donde la escasa lealtad a un partido deja una gran proporción del
electorado susceptible de ser persuadido. Así mismo, la persuasión es una
comunicación intencionada y premeditada, de tal forma que toda persuasión es
comunicación, pero no toda comunicación es persuasión.
No faltan también las críticas a este nuevo campo
del conocimiento. La mayoría de las críticas que se le hacen al marketing son
producto de la crisis paradigmática en la que han entrado varios analistas y
estudiosos de la política, quienes no entienden la nueva realidad ni las formas
como se hace, procesa y actúa políticamente bajo una democracia liberal. Hoy se
exige, por ejemplo, proyectos, ideas y posiciones ideológicas a los candidatos,
gobernantes y partidos políticos, a lo cual, de ninguna manera, se contrapone a
lo que propone o promulga el marketing social, pero la mayoría de los electores
latinoamericanos no les interesa las cuestiones ideológicas. Además, a
diferencia de los sistemas políticos totalitarios y autoritarios, que se
sustentaban en la cohesión y coacción ideológica, la democracia es uno de los
sistemas políticos que enfatiza más en la pluralidad y el pragmatismo político
que en las cuestiones ideológicas. Hoy día, la gente pide un gobierno de
resultados, propio de sistemas democráticos, no credos ideologizantes, ni
doctrinarios característicos de sistemas totalitarios. Indudablemente, muchas
críticas se deben al desconocimiento de lo que en realidad es el marketing
social. Al escuchar y leer los señalamientos de los críticos, no se puede más
que recomendar que profundicen sobre su concepto y su objeto y campo de acción,
no dejándose ir por la superficialidad. Lo decimos, enfáticamente, el marketing
es algo más que “spots” publicitarios, encuestas e imagen. Es una “ciencia
social” (Crosier, 98) que es producto y consecuencia de la democracia y que no
necesariamente implica una contraposición con los principios éticos de la
sociedad.
Un conferencista amigo, acostumbraba a terminar sus
presentaciones diciendo que las herramientas estaban ahí y sólo debíamos
empezar a utilizarlas. Efectivamente, antes que satanizarla es necesario
aprender la utilidad que puede aportar a la política. Los que están convencidos
de ello y lo utilizan, comienzan a ascender, por eso el planteamiento de una campaña
de marketing social, se propone en diversas pero continuas y secuenciales
etapas: la primera es sensibilizar y que la gente conozca la propuesta, luego
es necesario informar sobre las cualidades, después motivar a la gente con algo
que le conmueva que sea parte de sus objetivos, de su vida, para
posteriormente, llegar a la acción, esto es, al voto o aceptación de esa
política pública. Por último es necesario preguntarse si se logró o no la
deseada satisfacción. Precisamente, este proceso es un buen ejemplo del modelo
AIDA(S) descrito anteriormente. Y ya habiendo despertado la Atención con esta
propuesta relacionada con el “Marketing de Políticas Públicas”, continuemos,
entonces, siguiendo en forma juiciosa y ordenada cada una de las etapas
posteriores.
5.1. El proceso político y el
Marketing hoy día: muchas particularidades
“Un buen asesor de politing es la única
alternativa
que le
queda al candidato
en el sendero cierto de lo incierto”. CSV
Vale la pena enumerar, ahora algunas característica
de cómo se ha venido desarrollando el proceso político visto desde la óptica
del mercado, entendido este como la reunión de electores, votantes,
ciudadanos…al final de cuentas, quienes gozan, sufren, disfrutan o padecen el impacto de las políticas públicas.
Es fácil y frecuente observar muchas estrategias
que reflejan un tremendo desden y un profundo desprecio por el elector,
votante, ciudadano, receptor, oyente ... por esos que ofensivamente algún
político mexicano denominaba como
"la infame turba" o un
dictador centroamericano se refería a ellos como "el oscuro e inepto
vulgo" ...
Existe aún un innecesario dilema en cuanto a la
forma de ver el proceso desde la conveniencia del lado de la oferta política y
observarlo desde el lado de la demanda: del recetor, usuario, ciudadano,…del
mercado. Sin embargo, el iniciar -y también terminar- todo el proceso a partir
del usuario, desde él y precisamente para él, ya se observa en muchos sectores
de la actividad política en general y de la gubernamental en particular.
Se espera lograr una adaptación, ajuste y/o cambio,
pero iniciándolo siempre desde el lado de la demanda. Precisamente, desarrollos
como el empoderamiento o facultamiento (empowerment) han reforzado la propuesta
del Marketing social de acelerar este cambio, haciendo énfasis en trabajar
-cada vez más y en mejor forma- de tal manera que la demanda sea la que guíe,
modele y condicione cualquier oferta política.
Aún se observa una innecesaria hegemonía de lo
cuantitativo sobre lo cualitativo. Sin embargo, es clara la tendencia a logra
un deseado equilibrio sobre todo en lo que se refiere a herramientas de
investigación el mercado político, electoral, social y ciudadano.
Es necesario identificar, clasificar y priorizar la
demanda social para detectar polos de desarrollo, lo cual se puede lograr en
forma ordenada efectiva con la investigación de los “mercados sociales”.
Se han venido ignorando sistemáticamente las
necesidades, deseos preferencias y gustos de los electores, lo cual puede ser
muy costoso tanto para los políticos profesionales como para sus mismos
partidos.
Mejorar la democracia es obligación de todos y para ello es
necesario poder indagar y lograr conocer
el programa político de todos quienes disputan mediante una contienda
electoral, un puesto de elección popular. Ese es un requisito necesario para
una posterior exigencia por arte de los ciudadanos-electores. Este es uno de
los inaplazables compromisos de la democracia, y el cual puede lograrse en
mejor forma, con estrategias de marketing social.
Cada vez más, el Marketing Social es una de las
alternativas reales y prácticas para promover y alcanzar el voto útil. En
últimas este, es uno de los resultados que demuestran la efectividad del
Marketing Social, concretamente, en todo lo relacionado con el programa de
gobierno, ya que cualquier programa político se considera como un compendio de
intencionalidades de políticas públicas, que deben ser cumplidas, mediante su
implementación por parte del candidato, cuando es ya gobernante.
Es muy conveniente y hasta necesario reconocer que existe
un “mercado de ideas”, donde compiten las de los diferentes candidatos en
contienda. El reconocimiento de ese mercado de ideas es un inicio bien
importante y guarda una estrecha relación con las políticas públicas, sobre
todo en lo que hace a su cumplimiento y concretamente en su fase de puesta en
marcha. De ahí la necesidad de que “el ciudadano de a pie” conozca por quien
vota y sepa utilizar técnicas complementarias que ya forman parte del bagaje
ecléctico del Marketing Político Integrado POLITING, tales como el “Análisis
del Discurso -ADD” y la evaluación científica del CV (hoja de vida) del
candidato, obviamente desarrollado por instituciones imparciales y de
reconocida seriedad y profesionalismo, son una muy buena ayuda en este sentido.
Una verdadera Democracia solo puede prosperar dentro de un
entorno de economía abierta y competitiva. Así como experiencias en “lo
privado” han sido fehacientemente validadas, metodologías realmente
certificadas y propuestas certeramente aprobadas, es importante que sirvan de
base, comparación, referencia o acicate para “lo público”. Indudablemente,
propuestas útiles en uno de esos campos deben ser viables y convenientes para
el otro. Precisamente, esta novedosa propuesta relacionada con todo el campo de
las de políticas públicas –metodológicamente hablando- es una excelente
oportunidad para combinar estos dos campos. Mas aun el desarrollo tanto teórico
como practico sobre el empresariado como actores importantes, reales y decisivos
en todas y cada una de las etapas del ciclo de vida de las políticas públicas,
es un tema que mas temprano que tarde debería iniciarse.
Y es que la necesaria,
urgente e inaplazable colaboración mutua entre lo privado y lo publico,
cuyos limites y contornos –están cada vez mas desdibujados- deben servir como
verdadera y singular oportunidad para integrar el Marketing Social con las
Políticas Públicas. Que este sea no el único pero si un urgente llamado para
iniciar toda una serie de estudios e investigaciones sobre la forma como estos
dos campos se deben conectar y se pueden ayudar para elaborar conjuntamente
políticas publicas… Analizando, copiando y adaptando experiencias de otros
países en donde la empresa privada es un factor importante para la hechura de
políticas públicas y se ven el uno y el otro como verdaderos actores sociales
en la construcción de espacios de colaboración mutua, tal y como es el caso de
Japón, Alemania, Gran Bretaña, Canadá y muchos otros países.
Indudablemente, vivir, actuar y hasta pensar
democráticamente se aprende. De ahí que aquellos países en donde ese sistema
democrático lleva ya un tiempo recorrido y la estructuración de construcciones
democráticas es mas viable, tienen la gran responsabilidad de transmitir sus
experiencias, ofrecer sus recomendaciones y brindar sus conocimientos, sobre todo en lo que respecta
a las formas apropiadas para transitar por estos procesos.
Bajo el nombre de “POLITING:
Marketing Político Integrado”, recientemente se ha venido englobado toda
una propuesta seria e integral, como respuesta a la necesidad sentida de
repensar todo el campo del “Marketing Político Tradicional”. Con base en
análisis serios sobre la real efectividad del Politing en varios países latinoamericanos, se ha logrado detectar
y clasificar sus falencias, dilucidar sus carencias, ubicar los malos
entendidos y corregir los métodos utilizados para su promoción, difusión,
estudio y práctica. Lo anterior, aunado al ofrecimiento de un indispensable
marco ético -tan necesario para su desarrollo- ha hecho de esta propuesta un
verdadero y esperanzador camino a corregir los garrafales errores cometidos en
la concepción y aplicación del Marketing Político tradicional. Los interesados
en este tema, pueden recurrir al libro POLITING: Marketing Político Integrado”,
recientemente publicado (06 del 2006) por la Universidad Externado de
Colombia. Por eso, ya se asevera que el POLITING, va más allá del Marketing Político.
5. 2 Del Marketing a la Política…
Pero también viceversa
“Muy
a menudo un asesor de politing encuentra su
rumbo
en el camino que toma para evitarlo”. CSV
Uno de los objetivos que se buscan
con el Politing, es al menos equilibrar la participación que la
Política (aquella que se escribe con “P” mayúscula) tiene en el Marketing
Político tradicional. Y no se trata de igualar por igualar, de emparejar por el
simple hecho de dar un equilibrio, sino porque se están desaprovechando las
inmensas oportunidades que puede aportar la Política a esta relación, lo cual
ha originado -entre otras cosas- que se reduzcan, se acorten y se queden
incompletos los campos de acción cobijados por el Marketing Político
Tradicional.
Porque un hecho inobjetable es que
el Marketing (y precisamente el comercial) generosamente aportó, eficazmente
cubrió, pero también, muy rápida y tenazmente invadió y copó el nuevo -y por lo
mismo muy abonado- campo del Marketing Político, dejando totalmente de lado
-infortunadamente- el mucho más antiguo -y por lo mismo, mejor cimentado- campo
de la Política.
Y es que el ámbito de la Política es bien amplio y tiene la real
posibilidad de enriquecer al Politing. Baste con pensar que en
nuestro idioma castellano -en realidad en todos los idiomas con ascendencia
latina- la palabra política tiene dos acepciones diferentes.
La primera corresponde a la expresión inglesa politics con la
cual se designa la competencia política, especialmente entre partidos y a
través de estrategias desarrolladas por los políticos profesionales. Es la
actividad dirigida a la búsqueda, conquista, ejercicio y mantenimiento del
poder o -como algunos la denominan- es “el arte de lo posible” o mejor, de
“hacer posible lo deseable” y en palabras de Easton, “es la asignación -con
autoridad- de valores en la sociedad”.
El segundo significado hace referencia al vocablo inglés policy
(policies en plural) con significado de directriz para alcanzar objetivos
previamente establecidos, o cursos de acción deliberadamente adoptados y
perseguidos, para conseguir determinadas metas.
Esto quiere decir que el Politing cobija -no solo el área que
ha intentado cubrir muy parcialmente el Marketing Político Tradicional- sino
también, aquella incluida dentro del “Marketing de Políticas Públicas”, ya que
el programa político que todo candidato debe tener, proponer y mercadear, es un
compendio de intencionalidades de Políticas Públicas (policies) que de ser elegido, debe convertir en realidad con hechos
palpables y tangibles.
De ahí que sea desde el mismo inicio de la campaña política, donde las policies
se hacen presentes y son plasmadas en el programa político como representación
de las propuestas que el candidato presenta y comunica a su electorado con el
fin de que las conozcan, las apoyen y que las voten (y que no las boten a la
basura…), siempre y cuando el candidato esté interesado en que las promesas que
hace en la campaña, se conviertan en realidad.
Entran así entonces, las Políticas Públicas a
forma parte del campo del Politing, hecho que es cada vez más representativo, pues tal
y como lo asegura el profesor Muller: cada vez mas hacer política (en el
sentido de Politics) es hacer políticas
(en el sentido de policies). Es
decir, que cada vez más se vota por las obras y programas que como políticas
propone un candidato, más que por su figura o por su partido político.
Tratando de hacer una aproximación al
problema, es posible aseverar que en nuestro rico idioma, no existe la deseada
unidad conceptual en torno al término Política, lo cual origina -entre otras
cosas- que se conozcan, practiquen y difundan los medios de la política,
ignorando, relegando y fácilmente olvidando sus fines. Esa es una de las
razones por la que muchos aspectos políticos se dejan de lado o simplemente ni
siquiera se tienen en cuenta en el Marketing Político Tradicional.
Simplemente como
abrebocas para posteriores investigaciones, vale la pena incluir en un pequeño
listado, temas como el comportamiento del elector (mas no del consumidor) la
administración de relaciones de afiliación, poder y logro, los análisis de
coyuntura, la ubicación, capacidad, recursos, poder de convocatoria y tiempo de
respuesta de los actores políticos, económicos y sociales, el rico campo del
poder, la geopolítica y todos las demás áreas relacionadas como la psicología
política, la antropología social, el inmenso campo del liderazgo social y
político, los grupos de poder, influencia, referencia y de presión, los
intercambios sociales, políticos y electorales, las técnicas efectivas de
cabildeo, negociación, prospectiva política, alianzas estratégicas y liderazgo
político, los medios más efectivos para iniciar una Política Pública, la formas
de cerrar la brecha entre la formulación y la implementación (que nos es
implantación), el ciclo integral de una Política Pública, la definición y
concreción de políticas, objetivos, metas, estrategias y tácticas, la
estructuración y manejo de la agenda del candidato…y esta relación es parcial y
sólo muestra una mínima parte de las inmensas posibilidades que se están
desaprovechando al dejar -casi totalmente de lado- toda esa benéfica
contribución que de la Ciencia Política.
Definitivamente los tópicos
directamente relacionados con la Política que pueden ofrecer luces y brindar
fortalezas al Politing son de por si, inmensos y muy ricos.
Afortunadamente, algunos investigadores serios han aceptado este reto y están
trabajando ya en esta línea. Por eso, en un muy corto tiempo, las copias entre
los asesores de politing, serán mucho más numerosas
que los originales.
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