"Muchos
practican la autocrítica
para
no concederles a los demás
el derecho de criticarlos".
Oscar
Wilde.
Participar
es todo un proceso de aprendizaje, y es proceso porque es por medio de un
conjunto de fases -cada una más compleja
que la anterior- como es posible ir conociendo, aprendiendo, adquiriendo y
reforzando el conocimiento necesario para la participación efectiva.
Infortunadamente, nuestra generación (también la que nos antecedió, como
aquella que nos precede, en el inevitable relevo generacional) no tuvo la
fortuna de acrisolarse dentro de este necesario ambiente participativo. Más
aún, nuestro desarrollo educativo evolucionó -por lo general- casi en contra de
esa norma.
Sin
embargo, este es realmente el sentido de los artículos 40 y 103 de nuestra
Carta Magna. La Constitución del 91, lo destaca como derecho, obligación y
hasta mandato. No es menos diferente -y no podría serlo - en lo relacionado con
los asuntos de nuestra Asociación.
Afortunadamente,
la participación de los UNIANDINOS (www.uniandinos.org) con su Asociación, ha venido en constante
aumento. El incremento de los Capítulos Profesionales, los Grupos de Afinidad y
las Regionales, la nutrida correspondencia -tanto escrita como verbal, a favor
y en contra y negativa- sobre los diferentes tópicos, artículos y secciones del
Correo Cotidiano y de la Revista Séneca, las reiteradas opiniones sobre el
servicio, los comentarios sobre las frecuentes innovaciones y los ofrecimientos
de nuevos y variados programas, la utilización de los diferentes planes de
desarrollo profesional y la ya tradicional asistencia a los eventos sociales
(exposiciones, charlas, conferencias, rumbas, parrandas, juergas, jolgorios,
francachelas, "foforros" y similares) así lo demuestran.
Lo
ideal -y así lo hemos entendido quienes recibimos la confianza para dirigir los
destinos de UNIANDINNOS- es que quien participe, decida; decida con su interés,
decida con su acción, decida con su opinión y -en últimas- decida con su voto,
qué rumbo quiere para nuestra Asociación, de forma tal que las palabras de Gorki,
en el sentido de que "yo participe, tu participes, él participe, nosotros
participemos, vosotros participéis y que ellos... decidan", no tengan nunca
cabida en nuestra cotidiana toma de decisiones.
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