"No
pregunte qué puede hacer los Estados Unidos por usted,
Pregunte
qué puede hacer usted por los Estados Unidos."
J.F.K
La
Asociación de Exalumnos de la Universidad De Los Andes - anteriormente
denominada AEXANDES- tuvo su primera
sede en la calle 18 con carrera 3. Muy cerca de nuestra Alama Mater. Una casona
antigua de recordado estilo colonial, albergaba salones, jardines, patio
cubierto con marquesina en vidrio, pinturas de ahora afamados artistas y un
restaurante. Era el sitio de reunión de los antiguos egresados. Esta -la
primera sede- fue adquirida por los
fundadores. En el anexo No.1 se presentan los nombres de quienes crearon la
desaparecida AEXANDES e hicieron posible la compra de esta casa.
Esta
sede se Cerró en .Más aún, fue necesario venderla con el fin
de cubrir acreencias adquiridas por la asociación y cancelar prestaciones
laborales. En esta forma, se inició un largo y penoso peregrinaje de nuestra
Asociación
La
siguiente ubicación fue en la calle 81 abajo de la carrera 11. Tanto la
decoración como la dotación de esta segunda sede en alquiler, era bien escaso y
bastante sencillo, podríamos decir que se contaba con la infraestructura mínima
necesaria para poder dictar diferentes cursos entre otros aquellos de preparación
para presentar el examen del ICFES, requsito necesario para el ingreso a la
universidad.
Era
necesario entonces, buscar a toda costa la reactivación y surguimiento de la
asociación. Para ello, se nombró una comisión encabezada por Diego Escobar Cocha
con el fin de proponerle a Eduardo
Aldana valdés -por esa época Director de Colciencias- que tomara las
riendas de lo poco que quedaba de la Asociación.
Eduardo
-atentamente- escuchó el planteamiento. Sin embargo -y en forma muy entendible-
adujo razones de tiempo para no aceptar ese reto. Osó preguntar qué pensaban
los demás colegas, más aún, si los demás exalumnos estarían de acuerdo en que
él era la persona indicada. Como única lacónica respuesta Diego Escobar Concha
le presentó varias hojas con más de
firmas de apoyo a su nombre. Así las cosas, le propuso a Diego que lo
dejara pensar, a lo cual él le respondió que no había ningún problema, que él
no tenía ningún afán y -como prueba de ello- permanecería sentado allí
esperando la respuesta. Ante este bien pensado y "sutil acoso" el
entonces Director de Colciencias, no tuvo más remedio que "otorgar el
si", dejando de presente que contaba con la irrestricta colaboración de
Diego y todos los demás interesados en esta quijotada.
Todas
las personas de bien saben que ese fue el inicio de la campaña para la segunda
presidencia de Eduardo Aldana Valdés. El encabezaba una plancha completa -tal y
como era lo usual en esa época-, conformada, entre otros, por Diego Escobar
Concha, Silvio Bahena, Jaime Enrique Varela.
El
ya presidente Eduardo Aldana, consigue que Jorge
Enrique Morales (Uniandino y en esa
época Director de Credencial) nos facilite una ubicación "por todo lo
alto": en el segundo piso de un local de la carrera 15 con calle 94, ,
Es
allí -en en la que algunos recuerdan como la "sede Credencial"- donde
se inicia la resurrección de la Asociación. Renace entonces, con renovada
mística, ferviente optimismo y la alentadora esperanza: se reanudan las
reuniones, se reinician los eventos académicos tales como las tertulias entre
otras las charlas del excandidato a la presidencia Luis Carlos Galán Sarmiento
y otras ilustres personalidades de la vida nacional, se hicierosn presentes
allí para compartir sus pensamientos, planteamientos y propuestas de solución
frente a los egresados vinculados a la Asociación, siempre dispuestos a hacer
presencia y contribuir con sus conocimientos y opiniones al desarrollo y
progreso de nuestro país.
Sobre
todo, fue allí , en la sede Credencial, donde se dio la oportunidad para
mostrar y sacar a flote -nuevamente- el necesario y distintivo compromiso
característica de los egresados de esa época que rodearon aquella Junta,
ayudando, más que esperando, colaborando, más que recibiendo, dando de sí sin
esperar retribución alguna, dejando de lado las individualidades y egoísmos,
viendo -por el contrario- grandes oportunidades en la unión, basada en un claro
interés: la singular oportunidad para compartir el colegaje, la amistad y las buenas maneras, de tal forma que la compañía
de los egresados fuera su única razón de ser.
Vino
posteriormente la presidencia de Silvio
Bahena....
Posteriormente,
compiten -para la presidencia de Aexandes-
Carlos Alberto Jaramillo y Diego Escobar Concha. Este último renuncia a la
contienda poniendo de presente la importancia de la un unión antes que la
victoria, ante las desobligantes amenazas que se vociferaron en la asamblea por
parte de un grupo de inconformes, relacionadas con intención de demandar la
elección.
Es
en la presidencia de Carlos Alberto
Jaramillo, cuando nos piden la oficina de la calle 94. Precisamente fue
Diego Escobar quien prestó unas bodegas para almacenar los pocos muebles y los
contados enseres propiedad de AEXANDES.
Posteriormente
vino la presidencia de Alvaro Salgado
Farías. En ella, se propuso la buena idea de la creación del "patronato de amigos de AEXANDES".
La idea fue recibida con beneplácito y fue así como se dieron a la tarea de
contactar a personas que querían su asociación por encima de rencillas y egoísmos
personalistas con el único propósito de comprar sede para la itinerante,
desposeída e ilíquida Asociación de Egresados.
Se
realizaron varios desayunos en el Gun Club, a instancias de Carlos Angulo Galvis, Ahora Rector de
la Universidad de los Andes y en esa época secretario del recién conformado
patronato. La lista de tales quijotes puede verse en el anexo 2 de este
artículo. Cada uno de ellos aportó la suma de un millón de pesos
($1.000.000,oo) sin contra prestación alguna.
Posteriemente
vino la presidencia de Albetro Gutierrez.
Mis recuerdos se remota a esa época cuando el suscrito había sido elegido como
Revisor Fiscal de la Asociación. Con Alberto Gutiérrez -desde entonces- junto
con Carlos Manrique -su vicepresidente-
y otros colegas, nos dimos a la nada fácil tarea (nada fácil si se tiene en
cuenta que no contábamos con los recursos necesarios) de buscar sede propia y
propicia para Uniandinos.
Aquí
se presentó una gran discusión acerca de si el patronato daba una donación o el
dinero aportado por ellos había que devolverlo, pues el patronato estaba
reclamando su plata. Debido a ello de si eradinero regalado o prestado se
presentó cierta rivalidad entre estas dos instituciones: Aexandes y el
Patronato.
En
la segunda presidencia de Alberto Gutierrez, se optó por cambiar el nombre de AEXANDES por el de UNIANDINOS. La agencia de publicidad...
María Consuelo de Llinás,
cariñosamente apodada "Cona", ocupó la dirección ejecutiva por
espacio de años de 1990 a 1995
Con
este dinero, se adquirió la casa de la calle 67 con carrera 8, en donde se
tenía un salo para la galería de arte, que desde esa época se denominó con el
nombre que aún ahora se conserva de Espacio
Alterno.
Con
dineros provenientes de la venta de la "Casa de la 67", más un préstamo
del Banco Ganadero, apoyado por "Chucho" Villamizar, -uniandino y
Presidente del Banco por aquella época- se pudo comprar la sede actual, la
bella casa de conservación nacional, ubicada en la calle 92 No. 16-11. Sin
embargo, como los recursos obtenidos de estas dos fuentes no eran suficiente
para cubrir el monto de la negociación ($ 450.000.00,00) con el Dr. Gallo
-dueño de la casa , fue necesario recurrir a una figura ya ajemplarizada en el
Patronato de Amigos de AEXANDES: que algunos Uniandinos de buena voluntad,
firmaran pagarés de respaldo para la compra de la casa. Cada uno de ellos
garantizo un millón de presos, monto que no fue necesario que ninguno de ellos
cubriera. La lista de estos arriesgados visionarios a quienes UNIANDINOS está
en deuda moral y en mora de hacerles un acto de agradecimiento en la siguiente:
En
1990 ocupó la presidencia de UNIANDINOS María
Teresa Guerrero. Ex Decana de Bellas Artes de la Universidad. su
vicepresidente fue el Ingeniero Industrial Fernando
Rojas Maya -FIDO-. El economista Uniandino César Gaviria Trujillo, ocupaba la presidencia de la República.
Como candidato y posteriormente como presidente estuvo en la sede de la
Asociación ...
Con
el lógico y fresco entusiasmo generado por la adquisición de la casa, desde esa
época algunos comenzamos pensar la posibilidad de comprar una cualquiera de las
adyacentes, o bien la casa donde
funcionaba el reconocido restaurante
Sandrix o aquella hacia el occidente por la calle 92.
La
primera donde funcionaba sandrix, era mas fácil teniendo en cuenta la buena
acogida que tenia el restaurante y su buen servicio. Ese precisamente era
nuestro sitio de reunión luego de presentar cualquier examen, quiz o tarea; es decir, amparados en cualquier
disculpa terminábamos allí, cerca al patio, los de siempre: Pascual Riccardi,
Rodolfo Prieto y el suscrito, acompañados algunas veces por Fernando Schotzen,
Efraín Fierro celebrando -si era del caso por pasr exitosamente los trabajos- o
lamentándonos -las más de la veces por la pérdidas de los mismos, pero simpre unidos-en las buenas y en las malas-
en tono a unos inevitables "drinks" bien sea para festejar el éxito o
pasar la pena. Cómo no recordar, por ejemplo, sus famosas alitas de pollo
apanadas, las exquisitas y las e
En
fin, por ese mismo éxito, las
posibilidades de venta de Sandrixs eran mucho más bajas. Pensando en la prima
-que era inevitable ofrecer- también se consideró la posibilidad de trasladar
el restaurante de UNIANDINOS allí. Se logro hacer un convenio para almuerzos... Es decir veíamos más probable la compara de
la casa adjunta por la calle 92.
Esta
casa del lado -o mejor el lote- se pensó en adquirir. Fue el la presidencia de
María Teresa Guerrero.
Sin
embargo, fue la casa de Sandrixs, el otro complemento natural de la casa de
conservación, la que se pudo adquirir.
En
un comienzo, las posibilidades se veían distante y realmente eran muy remotas.
Se llegó a solicitar por la casa, la astronómica e irreal suma de un millón de
dólares. Sin embargo había un consenso
en el ambiente de la Asociación, en el sentido de que "no se debía pagar
el antojo", la casa se debería comprar por lo que vale, ni más ni menos.
El objetivo no era que el vendedor saliera lesionado, pero tampoco nosotros los
compradores debíamos salir perjudicados pagando un precio excesivo. Este es
precisamente uno de los parámetros del mercadeo: que ninguna de las partes
involucradas en el proceso salga perjudicada, que las partes queden satisfechas
con la transacción y salgan resueltas a repetirla.
Sin
embargo, un abogado compró el restaurante y el pleito que tenían los dueños del
restaurante Sandrixs, con los dueños de la casa donde funcionaba dicho
restaurante. El objetivo indudablemente, era aprovechar la oportunidad que se
tenía con nosotros -los vecinos naturales- y lograr vendernos pleito para que
pudiéramos hacernos a la casa, por un monto bien alto.
También
fue claro el consenso en que no era conveniente comprar un pleito, máxime si
este era bastante oneroso, aprovechando el hecho de que la única oportunidad
para que la Asociación se ampliara era hacia el lado del restaurante ya que no
podía hacerlo, construyendo hacia el lado del parqueadero. El hecho era que
tampoco los dueños de la casa podían vender fácilmente, con un pleito de por
medio. A primera vista el abogado tenía todo una gran oportunidad para hacer un
muy buen negocio: bien sea a costa de los dueños de la casa, o bien a costa de
lo unaindinos. Sin embargo, era claro, que de ninguna manera podíamos comprar
por chantaje
Este
panorama se complica si tenemos en cuenta dos hechos, ambos de gran incidencia
para el futuro de nuestra Asociación:
§
1. No se contaba con
licencia de funcionamiento
§
2. Existía una demanda de
desalojo porque en ese sitio no podía funcionar una institución cono
Uniandinos.
Era
necesario, pues, contar con una asesoría profesional para lograr salir de este
gran embrollo, que amenazaba en forma por demás peligrosa el futuro de
UNIANDINOS.
Fue
así como se contrató la firma de Marcela Sanjinez para obtener la licencia de
funcionamiento, presentar alternativas para la utilización del lote adyacente
(correspondiente al actual parqueadero) y concretar la posibilidad para
realizar un proyecto de desarrollo en beneficio de la ciudad en general y de la
comunidad del barrio el chicó en particular.
Teniendo
en cuenta el famoso muro de las lamentaciones y al observar su frágil
estabilidad y su peligro de desplomarse, fue indispensable solicitar una
licencia para demoler dicho muro. Si se lograba contar con ella, habida cuenta
del peligro que representaba, ya sin muro, automáticamente se establecía que
este terreno no formaba parte de la casa de conservación y como consecuencia,
podía ser intervenido mediante una construcción acorde con la casa.
Sin
embargo, para logra obtener la licencia de demolición del muro, era primero menester,
contar con la licencia para tumbar el árbol de cerezo Así, algunos aseveran que
la historia de nuestra asociación se divide en dos períodos: antes del cerez6 y
después del cerezo.
Mediante
estudios técnicos se logró concretar la argumentación en forma clara y concisa:
el árbol absorbía humedad, por consiguiente, afectaba el nivel freático del
terreno, razón por la cual perjudicaba el "muro de la lamentaciones"...
Se
elaboró el proyecto, con la respectiva maqueta (incluyendo una alternativa para
adicionarle la casa de sandrixs). Dicho proyecto fue aprobado y por ende, fue
posible tramitar la esperada licencia de construcción. Con ella se lograban las
siguientes ventajas:
§
Al desarrollar alguna
construcción en ese lote, para UNIANDINOS la casa de sandrixs pasaba a un
segundo plano.
§
En el evento que se quisiera
construir en el lote de la casa de sandrixs se reducía el área disponible, pues
todo desarrollo que se realice adyacente a una casa de conservación, debe
quedar a una distancia de por lo menos cinco metros de la casa. En otras palabras, el precio también se reducía.
§
Los seis pisos que aceptaba
planeación en esa zona, se verían reducidos a cuatro, por el hecho de estar
adyacente a una casa de conservación.
Adicionalmente,
nosotros como vecinos no somos nada recomendables.
La
recesión de la finca raíz,
La
construcción de 300 parqueaderos subterráneos, por parte del Distrito Capital,
proyecto que compromete el espacio comprendido por la carrera 14 entre la calle
90 y la 92. Allí se tendrá un área peatonal, sin embargo, fácilmente son dos
años de demora en esta la construcción, durante los cuales la circulación será
bastante restringida y las incomodidades muy altas.
Estos
fueron sólo algunos de los argumentos utilizados para la negociación, los
cuales -al fin y al cabo- resultaron valederos, pues de3 millón de dólares que
pedían, el negocio se cerró en quinientos cuarenta millones de devaluados
pesos.
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