“Caminante no hay camino…
se hace camino al andar”. Antonio Machado
El
turismo (entendido como el conjunto de
relaciones y fenómenos producidos por el desplazamiento y permanencia de
personas fuera de su domicilio) tiene una gran complejidad hasta el punto de que
ninguna de las ciencias puede abarcarlo y estudiarlo en toda su dimensión y por
ello se ha propuesto la nueva “Ciencia
de la Turismología”, que tiene ahora
un nuevo reto: el Politing, concretamente, con cada uno de los tres campos donde
el marketing social participa: (1) en
la política como proceso: politics, (2) en la política como resultado: policy y (3) en la política como estructura: polity. Para cada uno de ellos la turismología debe ofrecer
respuestas apropiadas. Miremos sólo algunos de los muchos retos que le presenta
el Politing
a la turismología.
En el primer campo (el marketing
social en la política como proceso: politics)
todas y cada una de las agremiaciones, asociaciones, federaciones, sindicatos y/o
coaliciones de turismo, son verdaderos grupos de poder/presión y/o opinión, que
tienen la capacidad real de apoyar, favorecer, financiar y/o votar por uno o
varios de los tres componentes del ofrecimiento político: candidato y/o
programa y/o partido, apoyando -precisamente-aquellos que propongan acciones
viables, factibles y realistas en favor del turismo. Se ejerce así, el derecho/deber
de participar en la política como proceso (politics),
bien sea aportando recursos, haciendo proselitismo o apoyando un programa
electoral especifico.
En el segundo campo (el marketing
social en la política como resultado: policy),
pues para hacer política pública es indispensable la participación de tres (3)
actores: gobierno, iniciativa privada y ciudadanía y en cada uno, la turismología
está presente, así: En el gobierno, siempre existen organizaciones
gubernamentales encargadas del “Proceso
Integral de Política Pública”: crearla, formularla, implementarla,
evaluarla, analizarla y terminarla. En la iniciativa privada, siempre hay
organizaciones, instituciones y empresas cuyas actividad está relacionada
(directa/indirectamente) con el turismo y tienen la oportunidad (¿deber?) de asumir
su papel como co-elaboradoras de “Políticas
Públicas de Turismo”. Los ciudadanos así, ejercen el derecho de apoyar (rechazar)
las acciones que favorezcan (perjudiquen) la turismología, máxime si se tiene
la fortuna de trabajar, proveer, participar o formar parte de este intrincado
tinglado que conforma la importante industria sin chimeneas. Esa participación se
puede hacer de varias formas: apoyando, buscando consensos, logrando
adhesiones, realizando cabildeo (lobby)
a favor (en contra) de propuestas que favorezcan (perjudiquen) el sector turismo
El tercer campo (el marketing
social en la política como estructura: polity)
corresponde al Citymarketing donde la turismología tiene también destacados y
decisivos papeles, bien sea en ambientes académicos, en oportunidades laborales
y/o en actividades sociales, enmarcadas todas en “Planes Integrales de Citymarketing”. Definitivamente,
conocer y entender estos retos -que le presenta el Politing a la
turismología- es fundamental para que no sean nunca jamás: ni vecinos
distantes, ni íntimos extraños…
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